Generaciones

¿Quién soy? Durante mucho tiempo me he hecho esta pregunta sin respuesta satisfactoria, pero hoy por fin lo he comprendido. Ya he visto la luz. Según la prensa diaria, intelectuales casposos y pretendidos estudiosos y sociólogos soy un producto de la llamada generación X. Se supone que estoy en unestado de apatía general, pasando de todo, sin afán de luchar por nada. Se supone que estoy en casa de pensionista hasta los 30, y que el sistema me ha vencido. Pues vaya plan.

En otro periódico me ofrecen otra visión, algo más interesante por lo castizo. Ahora ya no se lleva eso de la generación X, porque resulta que el término lo inventó un tal Douglas Kirkland para definir a la juventud americana, y, claro, por mucho que la gente se empeñe en llevar Levi's, beber coca-cola y caminar con las Nike, la madre patria es la madre patria, luego hay que vestir la idea de rojigualda. Ahora soy un miembro de la generación Kronen. Se supone que me encanta el grunge; que me dedico a emborracharme hasta la muerte y a colgarme desde los puentes sobre la autopista; que me meto en mi coche, subo las ventanillas, enciendo unos petas y me hago un London (por la niebla, claro), y que la sociedad no me ha vencido, sino que lucho denodadamente contra un sistema que apesta a golpes de anarquía. Sólo veo porquería por todos lados, y qué duro soy, cómo me torturo, pobre Kurt y otras chorradas semejantes. Pues vamos bien.

No me resigno, y sigo hojeando otra revista. Una nueva versión del asunto tercia ante mis ojos: ahora soy un joven tribal. O soy un punki, o un siniestro, o un rocker, o skin-head, o heavy, o pijo. Pero eso me deja todavía más perplejo, porque nunca he llevado cresta (de verdad, mamá) ni voy de negro o con la cabeza monda y lironda. Y mientras no se me rompan, a mí, la etiqueta de los pantalones, plin.

Ya no sé dónde meterme. Supongo que faltan temas en prensa y hay que rellenar páginas a toda costa, pero no puedo ocultar el hecho de que me molesta muchísimo que unos pretendidos ilustrados que no conocen el asunto del que hablan traten de aplicar los valores y estudios sobre la población americana a la juventud española. Pues lo lamento, no soy X, Y ni Z. Soy yo mismo, y aunque hoy por hoy no sepa definir con exactitud esta afirmación, por ahora estoy encantado de haber explicado todo aquello que no soy.