Bowles alerta sobre el islam
Paul Bowles está hoy en Madrid para presentar una antología de relatos, Cuentos escogidos (Alfaguara), seleccionados por el autor entre los primeros que escribió al llegar a Tánger para instalarse, en 1947. Una exposición en la Sociedad General de Autores, Espacio Paul Bowles, rendirá homenaje a este escritor y músico estadounidense de 84 años, autor de obras como El cielo protector o Muy lejos de casa.Por unos días, el escritor ha aceptado dejar su refugio para viajar a Madrid, aunque inmediatamente volverá a su guarida tangerina donde la rutina es toda una barrera de seguridad. La entrevista fue hecha unos, días antes de su viaje a Madrid.
Allí en Tánger, por las mañanas, Abdelouahaid le saca de la jaula, le viste y le lleva de paseo. Paul Bowles ya ha cumplido los 84 años y resiste atrincherado en Tánger. La mayor parte del tiempo la pasa en su habitación, o mejor, en una esquina de su habitación. "Yo vivo en la cama", se excusa. Tiene que venir todas las mañanas su fiel secretario y sacarle a la calle para que ande y no se anquilose tumbado en su cuarto el día entero. El paseo matinal diario le sirve para disfrutar de la luz y la brisa del Estrecho. También para echarle el ojo a algún que otro animal campestre.
Sesenta y tres años en Tángerya. Sesenta y tres años exiliado voluntariamente de su mundo este eterno nómada, este nihilista atrapado por el escepticismo como forma de vida. Bien es cierto que llegó a una ciudad muy distinta a lo que es hoy este hervidero de turistas.
Había jurado no volver a Estados Unidos. Sobre todo, no regresar a Nueva York. Pero la salud es tozuda y vence a las voluntades más determinadas. A la salud le traen al fresco las declaraciones de principios. Así que Bowles, el rebelde, el maldito, tuvoque aceptar la realidad y sacarse dos billetes de ida y vuelta hacia Houston para que le trataran un cáncer de piel. "Primero fuimos a París a una clínica, pero me dejaron peor, la operación me hizo una reacción rara y tuve que volverpara que me lo arreglasen, pero no me dieron muchas garantías. Así que finalmente decidí ir a Estados Unidos porque me dijeron que allí me lo solucionarían mejor
La dependencia parece mutua entre Bowles y su secretario. Abdelouahaid muestra un cariño filial por el escritor. "Es como un padre para mí", asegura, "trabajo para él desde hace 30 años. Yoconducía un taxi. Una vez montó en mi coche y me preguntó si conocía a alguien que le pudiera hacer de chófer. Le dije que yo mismo, y hasta hoy".
Pese a los progresos, Bowles alerta sobre el islam. Está convencido que el próximo siglo se verá marcado por el enfrentamiento entre ellos y Occidente. Él sigue siendo un extranjero en la ciudad donde se refugió en la década de los treinta. "No me aceptan, no me han aceptado nunca, sigo siendo un extranjero aquí", asegura sin ningún atisbo derencor.
Pocos le conocen en Tánger. Hoy los tangerinos están más impresionados por los traficantes que viven en la ciudad que por los artistas. A ningún guía se le pasa enseñar las casas de los grandes capos en la ciudad.Junto a sus lotos, en su jaula, también presta atención a los aires de Occidente. Lee las novedades literarias. La reciente aparición de la obra inacabada de Albert Camus El primer hombre, lo último de William Borrouhgs, Mi educación, unos Retratos de Truman Capote en los que habla de Jane. Alguien le sugiere semejanzas, de su obra con Camus, uno de sus escritores favoritos;"es usted muy amable, ¡que más quisiera yo!", suspira.
De España tiene noticia diariamente. No sólo conoce a los artistas. Sabe dónde lloverá, dónde nevará, donde brillará el sol. En su cuarto hay una televisión enorme que él no utiliza, pero que un pintor amigo se empeñó en regalarle y que, Abdelouahaid enciende diariamente a las 20.30 (21.30 en España), para ver los mapas del tiempo en el telediario español, y el fútbol.
Babelia
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