El riesgo de incendios forestales se dispara este año en nueve regiones
Vuelve la máxima alerta. El riesgo de incendios forestales es este año aún mayor que en 1994 en nueve comunidades autónomas. 1994 arrojó un negro balance con casi 250.000 hectáreas de bosque arrasadas y 36 muertos. Así lo advirtió ayer el Departamento de Medio Ambiente de CC OO, cuyo portavoz, Joaquín Nieto, acusó al Icona y las administraciones regionales de no haber hecho nada para mejorar este verano el plan de prevención y lucha contra los incendios que calcinan España.Este año, el Plan de Emergencia ante Grandes Incendios Forestales, elaborado por Protección Civil en colaboración con cinco ministerios, pretende coordinar los efectivos contra las llamas para evitar la dispersión de 1994. Se prevé una inversión total de 130.000 millones, de los cuales, las comunidades autónomas aportarán 70.000, el Icona 8.700 (158 menos que el año pasado) y el resto la UE. CC OO lo considera insuficiente, porque la sequía es aún más contundente que el año pasado.
El mapa de estrés vegetal y riesgo de incendios en España, elaborado por CC OO a partir de los datos de los satélites de teledetección NOAA de EE UU, indica que las zonas forestales donde hay que extremar los cuidados contra las llamas son: Gran parte de Andalucía y Extremadura, las provincias de Guadalajara, Albacete, Cuenca, Soria y Teruel, Baleares, Murcia y la Comunidad Valenciana.
La alerta es especial en Montes Universales, Serranía de Cuenca, Sierra de Albarracín, Javalambre, Gúdar y Maestrazgo, y las sierras de Alcaraz, Cazorla y Segura, Sierra Nevada y la Agra.
Joaquín Nieto dio la receta de las tres grandes medidas que deben adoptar las administraciones central y autónomas para atajar los incendios: "Romper la continuidad de las grandes masas arbóreas con tendencia a arder.
[Se ha comprobado que las reforestaciones con- árboles de la misma especie y edad presentan menos resistencia a los grandes fuegos]. Incrementar las inversiones dándole a este asunto prioridad política. Llevar a cabo labores de selvicultura y prevención todo el año, contratando a un número importante de trabajadores estables, unos 57.000". Y concluyó: "Nada de eso se ha hecho. Los políticos siguen prefiriendo hacer grandes declaraciones cuando se producen los incendios, y después olvidarse de prevenirlos".
CC OO insiste en que las mayores inversiones deben hacerse en prevención y no en extinción, no sólo por ser más eficaces, sino por los efectos perversos de dedicar decenas de miles de millones a las campañas de verano. Pueden alimentar el propio monstruo de empresas y personas que quieren que arda terreno para seguir trabajando. El sindicato pide controlar detalladamente todas las adjudicaciones y contratas, y dar estabilidad y adecuada formación a los trabajadores que han de cuidar del bosque.
En lo que va de 1995 han ardido unas 10.000 hectáreas y han muerto tres personas, en León, en labores de extinción. Pero lo peor empieza ahora. En los últimos seis años, el fuego ha destruido un 21% del bosque de la Comunidad Valenciana, la región más dañada.
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