González proclama en Barcelona que va a seguir luchando

Felipe González hizo ayer un anuncio a su partido y a los ciudadanos ante más de 20.000 partidarios que se congregaron en el Palau Sant Jordi, de Barcelona: "No me voy a resignar y voy a seguir luchando". Esta declaración sobre su futuro político la acompañó con la petición, casi en tono de ruego, a que los ciudadanos de Barcelona y de toda España voten mirando a su ciudad, a su pueblo y a su comunidad autónoma. Si así lo hacen, González está seguro de que los socialistas ganarán en todas partes.

Felipe González asistió ayer al acto más espectacular de la campaña de los socialistas. En torno a las 28.000 personas, según los organizadores, llenaron el Palau Sant Jordi, una auténtica fiesta animada por el continuo ondear de banderas catalanas y rojas del PSC.Si el Palau parecía que se iba a venir abajo una y otra vez en honor del alcalde de Barcelona, Pascual Maragall, la apoteosis vino cuando éste mismo dio la palabra a Felipe González. Casi dos minutos de aplausos persistentes hicieron que González apareciera, extrañamente en él, ciertamente conmovido. La ovación cerrada del público puesto en pie vino casi al final de la intervención del líder socialista, cuando aseguré a los presentes que iba a seguir en su tarea. "No me voy a resignar; voy a seguir luchando". Sus palabras dejaban claro que no parecen tener fundamento los dimes y diretes sobre si el propio González quiere abrir de inmediato el debate sobre su sucesión.

El otro mensaje que González quiso dejar en el ambiente responde a la estrategia de campaña prevista por los socialistas para estas últimas horas antes de que llegue la votación. La abstención es ahora el gran peligro, toda vez que el PSOE ha detectado que quienes no tienen intención de ir a votar el próximo domingo son ciudadanos que alguna, vez han votado a los socialistas.. "Tenemos que derrotar la abstención, porque más allá de nuestros errores

[del Gobierno] ahora se trata de votar por la ciudad y si se actúa en justicia son muchos más los aciertos de estos años que los errores". El día anterior Felipe González había sido algo' más explícito en Madrid al desarrollar esta idea. González dijo ser consciente de que parte de la desmovilización que se da entre su electorado se debe a los errores del Gobierno central. "Asumo la parte que me toca", había dicho. Antes, el vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, se había dedicado a dar algunas pinceladas sobre la labor del Gobierno central y aludió a la corrupción, asegurando que este Gobierno está haciendo lo imposible para que casos como los que se han dado no vuelvan a producirse.

En esta fiesta del Palau Sant Jordi, que terminó en el escenario con Felipe González y Pasqual Maragall rodeados de una multitud de jóvenes que les abrazaban, el presidente del Gobierno casi por primera vez en esta campaña atacó a Izquierda Unida por la escasa consistencia de sus propuestas. Inmediatamente dejó claro que no se refería a Iniciativa Per Catalunya, fuerza política que durante estos años está gobernando con la corporación socialista que dirige Maragall. Pero González en ese momento hablaba del resto de España y de la necesidad de "concentrar el voto progresista". "Quien está transformando las ciudades y los pueblos es la izquierda real, no la izquierda iluminada con discursos vacíos de contenido". Como ejemplos de transformación citó a los alcaldes socialistas de Girona, Lleida, así como a la alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet, Manuela de Madre.