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28 MAYOLA SEGURIDAD A EXÁMEN

Éxitos de un día

El Ayuntamiento se multiplica en los aledaños de la seguridad en pos del triunfo

Jan Martínez Ahrens

El Ayuntamiento de Madrid vive la paradoja de tener en nómina a 5.400 policías con revólver y no pintar casi nada en las estadísticas de delitos de la ciudad más salvaje de España: Y es que los números siempre cuentan a favor -o en contra- del Ministerio del Interior. Para sortear este hecho -muy ligado a la capitalidad-, el PP municipal ha desarrollado una ingente tarea en los aledaños de la seguridad ciudadana. Por ejemplo, ha creado un rutilante grupo de superagentes de paisano, los GOM (Grupo de Ordenanzas Municipales), ha reventado más talleres chinos que la Policía Nacional, ha desplegado relampagueantes operaciones conjuntas en Centro y se ha erigido en azote de los vendedores subterráneos de tabaco de contrabando y martillo de expendedores de alcohol a menores en Chamberí -aunque al día siguiente vuelvan a abrir sus puertas- Todo ello acompañado de acciones de salvamento para el consumidor como la confiscación de decenas de toneladas de marisco en mal estado en Mercamadrid o de miles de prendas falsificadas en Tirso de Molina.Con estas incesantes y oportunistas intervenciones, la Concejalía de Seguridad, dirigida por Carlos López Collado, se ha procurado un paraguas con el que protegerse de las tormentas ciudadanas que habitualmente azotan la capital por la supuesta inactividad policial. Aunque no siempre. El exceso también se ha pagado con el escándalo. Como el del agente detenido por robar el Rolex de un motorista muerto en accidente. 0 bien, el 14 de junio pasado, el supuesto apaleamiento a manos de cuatro agentes del argelino Zahzou Mohamed en la Puerta del Sol, ante los abucheos de los vecinos. El polvo levantado por estas aberraciones ha sido rápidamente aspirado por el PSOE e IU, que hasta ahora las ha interpretado como ejemplos de la escasa formación de los agentes locales.

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De estos traspiés, con todo, el concejal ha salido bien librado. Su inmarcesibilidad se ha demostrado a prueba de seismos políticos como el cese del jefe de la Policía Municipal, el general Manuel Fernández-Monzón (abril 1993-julio 1994), cuyas decimonónicas opiniones sobre concejales del PP, ventiladas en una carta confidencial, salieron a la luz y convulsionaron al gobierno municipal. Con su marcha, Monzón, que aún no ha sido sustituido, perdió los 540 agentes recién salidos de la academia en 1995 y que no sólo han reducido en un 50% el déficit de efectivos, sino que han sido destinados a cumplir -en periodo electoral- un sueño largamente prometido: la policía de barrio. Es más, Monzón se perdió, tras años de congelación presupuestaria, la llegada de 150 millones frescos para inversiones. Y es que 1995 ha supuesto un año de alegría para un cuerpo lastrado por la losa de la capitalidad. Una circunstancia que pasa factura: los 5.317 servicios de escolta de 1994 costaron 1.500 milllones de pesetas. Poca cosa, de todos modos, en comparación con los 76.455 servicios extraordinarios -conciertos -conciertos, congresos, obras, rodajes, desalojos- del mismo periodo. Una situación agravada por el absentismo -78.000 días perdidos en 1993- o las vacaciones -la mitad de los agentes desaparece en agosto- Y, cómo no, por el tráfico de Madrid, al que se destina un tercio de los agentes. Un combate que se libra con desigual resultado. Las campañas por el uso del casco, por evitar la doble fila o que los coches aparquen junto a las salidas de urgencia de los locales públicos han constituido éxitos... de un día.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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