El presidente de Siria, Hafez el Asad, catapulta a su hijo como 'hombre clave' en Líbano
La súbita aparición del hijo del presidente sirio, Hafez el Asad, en medio de la más reciente crisis política libanesa despejó ayer dudas acerca de los planes de Damasco de catapultar al joven médico Bashar el Asad a la escena regional como emisario de su poderoso padre. En medios políticos libaneses existía ayer convicción de que Bashar el Asad, de 32 años, puede convertirse en el hombre clave en el futuro de Líbano, e incluso se especulaba que podría desplazar en este campo al tradicional especialista en asuntos libaneses, el vicepresidente Abdel Halím Jadám.
El debú político de Bashar el Asad se produjo con una sorprendente visita al presidente libanés, Elías Haraui, que desde el viernes está empeñado en superar la crisis provocada por la renuncia del multimillonario primer ministro Rafic Hariri tras dos años y medio de gestión. Fuentes cercanas al presidente Haraui intentaron minimizar la importancia de la visita alegando que ésta había sido programada hace tiempo dentro de un marco estrictamente "familiar". Pero virtualmente a ningún editorialista beirutí se le escapó mencionar la visita como un inconfundible indicio de que el heredero de Hafez el Asad está haciendo sus primeras armas en el terreno de la política libanesa, siempre dócil a los designios del Gobierno de Damasco.La llegada de Bashar el Assad vino a confirmar especulaciones de que el presidente sirio está promoviendo a su hijo a niveles de suprema importancia política para Damasco, inicialmente fijadas para su primogénito, el mayor del Ejército Basil Asad, cuya muerte en un accidente de coche hace dos años planteó serios interrogántes en el proceso de la sucesión en la cúpula del poder en Siria. Pero, al margen de la sorpresa que causó la visita, la llegada de Bashar el Asad abrió lo que el diario conservador An Nahar describió como "serios interrogantes" en tomo a los proyectos de Damasco en Líbano.
Ese diario reflejó la curiosidad de muchos analistas que creen que Siria, el indiscutible factor de poder en Líbano, podría estar ansiosa por demostrar su inclinación hacia sectores relativamente críticos de la gestión de Hariri.
Para darle peso a su misión en Líbano, Bashar el Asad llegó en compañía del comandante de las fuerzas sirias en Líbano, el general Ibrahim Safi, y del jefe de los servicios de información sirios, Ghazi Kanaán.
Crípticos como suelen ser los mensajes del régimen sirio, la visita de Bashar el Asad era ayer motivo de las más amplias especulaciones. Se anotaba, por ejemplo, que Bashar el Asad acaba de recibir el grado de comandante de las Fuerzas Armadas sirias como prólogo a su inevitable ascenso en la estructura del poder de Damasco.
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