Burocracia unida a desconfianza, incomunicación y oscurantismo

El Plan de Objetivos de la Guardia Civil y el proyecto ministerial de remodelación, que todavía no han sido hecho públicos, se han elaborado conjuntamente entre la viceministra de Interior, Margarita Robles, y la cúpula del instituto armado. Uno de sus cerebros ha sido el general Pascual Navarro Cano, nombrado hace unos días jefe de la Agrupación de Tráfico, según fuentes del cuerpo.Navarro, que goza de la confianza del equipo de Justicia e Interior y que a fines de año podría sustituir al general Francisco Gimeno Doménech en la poderosa subdirección de Operaciones, ha hecho una radiografía muy crítica sobre la situación del cuerpo. En las reuniones con Robles ha hablado de "baja moral", disfunciones operativas, exceso de burocracia, caótico despliegue territorial y sobre la desinformación que padecen los guardias sobre asuntos que les afectan.

Los deseos de cambio se plasman también en las cartas que publica la revista del instituto armado. El guardia José González Fernández, de Oviedo, escribía en el número del pasado marzo: "La remodelación debería atender como uno de sus objetivos básicos la drástica reducción de la burocracia interna, que actúa muchas veces a modo de tapón, poniendo continuas trabas al curso de documentos, solicitudes, etcétera, en sentido ascendente. Solución: aligerar la burocracia, convirtiéndola en un servicio más permeable y transparente".

Sospecha

González añadía en su carta: "Los escritos de interés general deberían publicarse en su totalidad en el BOC para su difusión entre todos los componentes del cuerpo. Así se evitarían muchos problemas y se acabaría con ese oscurantismo que siempre termina en sospecha".

Juan Alberto Belloch ha declarado recientemente que uno de los retos de la Guardia Civil es que haya "un cambio en su propia cultura interna para desburocratizarse" en favor de un mejor servicio a la sociedad y "un talante abierto en sus relaciones internas, que genere un mayor flujo de comunicación y estima mutua entre mandos y subordinados".

Pero, además de abrirse a la sociedad, la Guardia Civil quiere abrirse al exterior mediante la creación de una Jefatura de Cooperación Internacional. Ésta se ocupará de organizar contactos con policías y militares extranjeros y garantizar que los agentes que desarrollen misiones en otros países "tengan a su disposición los recursos necesarios". Uno de los impulsores de esta idea es el coronel Enrique Rodríguez Galindo, jefe de la Comandancia de Guipúzcoa, en cuyos proyectos, sin embargo, no está encargarse de esta nueva unidad.