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GUERRA EN LOS BALCANES

Sarajevo sufre la peor batalla de los últimos dos años

Intensos duelos artilleros en la capital bosnia mientras se estrecha el cerco judicial sobre Karadzic

Sarajevo se convirtió ayer en el escenario del más violento enfrentamiento artillero entre fuerzas serbias y la Armija (Ejército bosnio de mayoría musulmana) en dos años. La capital bosnia se despertó con las sirenas de alarma y, ante la total impotencia de Naciones Unidas, poco después de las 8.30 comenzó el fragor de una batalla generalizada que, con altibajos, continuaba en su apogeo a media tarde, mientras por la ciudad se iba extendiendo un penetrante olor acre y por las colinas que la rodean ascendía el humo de centenares de impactos artilleros. Todo signo de vida ha desaparecido de las calles de Sarajevo, sobrevolada continuamente desde media tarde por los aviones de la OTAN.

Ambos bandos se acusan de haber iniciado las hostilidades, y el mando de la Fuerza de Protección de la ONU (Unprofor), que pidió inútilmente un, alto el fuego y descartó la intervención de los cazabombarderos aliados, brama contra unos y otros.Sitiadores serbios y defensores bosnios están utilizando a plena capacidad el armamento de que disponen en esta especie de trágico "ensayo general con todo", ocurrido entre una oleada de rumores sobre próximas acciones bosnias para romper el cerco de la capital.

Lo que comenzó a las ocho y media con cuatro impactos de mortero, cuyo origen atribuyó inicialmente las fuerzas militares de la ONU a los cuarteles serbios del barrio de Lukavica, para opinar lo contrario algunas horas después, se había convertido a media mañana en una orgía de armas pesadas de ambos bandos, supuestamente retiradas a 20 kilómetros de la capital bosnia tras el ultimátum de la OTAN en febrero de 1994.

El fuego artillero en la periferia, en la colina meridional de Trebevic, fue el banderín de enganche para que los francotiradores de uno y otro lado acribillaran calles desiertas y edificios. La ciudad, sacudida por el estruendo de las armas de grueso calibre, se convirtió en un escenario de pesadilla.

Cinco muertos

Cinco personas muertas y 25 heridas, entre ellas dos cascos azules -un francés y un ruso-, son las últimas cifras de víctimas facilitadas por fuentes hospitalarias. A mediodía, los observadores de la ONU habían contabilizado 800 detonaciones de armas pesadas. Las primeras víctimas mortales fueron una niña de nueve años y un niño de 13. Un blindado ruso de la ONU fue alcanzado y destruido por un proyectil antitanque. El vehículo estaba vacío, pero ardió de manera espectacular cuando estalló la munición que había en su interior. No hay información disponible sobre soldados muertos en los frentes que serpentean Sarajevo.

Cañones, tanques, morteros, ametralladoras pesadas y baterías antiaéreas utilizadas contra objetivos terrestres tomaban parte en los combates, en opinión de Naciones Unidas los más violentos desde 1993. Los primeros aviones de la OTAN, con base en Ancona, teóricamente a media hora de Sarajevo, sobrevolaron por primera vez la capital bosnia dos horas después de iniciarse el cruce artillero.

Estaba entonces en su apogeo en la vecina montaña de Trebevic, machacada por los morteros de la Armija, y en el centro de la capital, en torno a la línea de separación del cementerio judío, frente al único hotel de la ciudad, algunas de cuyas habitaciones fueron alcanzadas por los disparos. La oficina del representante de la ONU para la reconstrucción de Sarajevo, William Eagleton, fue tocada sin mayores consecuencias.

Los serbios emplearon fuego de carro de combate desde sus posiciones de Grbavica, al suroeste de la ciudad. El Gobierno bosnio ha decretado alerta total en la capital, cerrado las escuelas y recomendado a sus habitantes que busquen refugio en sótanos y lugares seguros con agua y comida al menos para 24 horas. A las once de la mañana, el cuartel general de la ONU en Sarajevo fue puesto en grado de alerta naranja, el inmediatamente anterior a una situación de máximo riesgo.

El mando de Naciones Unidas se puso en contacto desde primera hora con los máximos jefes militares de ambos bandos para solicitar un alto el fuego. Todo lo que el general Rupert Smith ha podido conseguir del jefe serbio, general Ratko Mladic, es la promesa de que, en la medida de lo posible, sus fuerzas intentarían evitar dirigir su fuego contra civiles o contra los cascos azules.

MIadic acusa a las tropas gubernamentales de haber iniciado la ofensiva. A mediodía, el jefe del Gobierno bosnio, Haris Silajdzic, se reunió con el Estado Mayor del Primer Cuerpo de la Armija, con base en Sarajevo, para calibrar la situación.

El primer ministro Silajdzic hizo por la tarde una declaración en la que culpa a los serbios una vez más y solicita a Naciones Unidas que emprenda una acción de castigo por parte de los cazabombarderos de la Alianza Atlántica.

La intervención aliada fue descartada por el mando de la ONU, que a lo largo del día fue basculando hacia el lado bosnio en su apreciación del origen de los combates. Los dos bandos, según los cascos azules, están violando la prohibición de concentrar armas pesadas en tomo a Sarajevo.

Proyectiles sin estallar

La policía bosnia ha advertido por radio que hay cientos de proyectiles sin estallar en las calles de la capital, donde continuaba a media tarde de ayer el estruendo de las armas pesadas y el tableteo de las ametralladoras. Espesas columnas de humo surgen de las posiciones bosnias en las cercanas y suaves colinas de DbeloBrdo. Los soldados franceses de la ONU desplegados en la crítica zona del hotel Holiday Inn para prevenir la acción de los francotiradores han recibido la orden de acuartelarse.

A las cinco de la tarde de este tibio martes 16 de mayo -señalan las malas lenguas que el día después de que el líder serbobosnio Radovan Karadzic y su jefe militar Ratko MIadic se vieran un poco más cerca del Tribunal de La Haya-, Sarajevo es, de nuevo, una ciudad atrapada en el círculo vicioso del terror, vacía hasta extremos difíciles de describir y donde nada que se mueva tiene futuro.

[Por otra parte, el presidente de Croacia, Franjo Tudjman, aseguró, ayer en la capital alemana, Bonn, que las tropas croatas que ocupan todavía la zona teóricamente bajo control de la ONU, en el límite de la Krajina ocupada por los serbios, se retirarían antes de las diez de la noche, informa la agencia Reuter. Los soldados croatas penetraron en dicha zona-tampón en el curso de su victoriosa ofensiva del pasado 1 de mayo, en la que reconquistaron una significativa porción de territorio de Eslavonia occidental ocupada por los serbios.]

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