_
_
_
_
_

Intelectuales, ¡a trabajar!

( ... ) En el curso de la campaña, Lionel Jospin ha introducido cuestiones y sensibilidades nuevas, pero, sobre todo, ha introducido un tono nuevo. Su éxito estriba en su arte de combinar lo viejo y lo novedoso. (...)Es necesario que los intelectuales salgan de su nietzscheanismo y de su rechazo global de la modernidad para volver la la crítica social y a la comprensión de las nuevas demandas y preocupaciones.

Todo se va a desarrollar ahora con mucha rapidez. Dentro de tres años se celebrarán elecciones legislativas; la izquierda tiene, pues, menos de dos años para renovar su pensamiento. Periodo breve, pero la situación será más apremiante aún para la derecha, cuyo programa e intereses entrarán pronto en colisión con su propio discurso y con las expectativas de la población.

El silencio de los intelectuales debe tocar a su fin. La opinión, los medios, los estudiantes piden sus análisis, sus propuestas y sus ideas. La era Mitterrand se vio dominada por un proyecto eminentemente político y por la brutal venganza de la economía internacional sobre el discurso francés. Los intelectuales no podían hacerse oír ni de un lado ni de otro. Hoy, por el contrario, todos reconocen que hay que combinar la apertura de la economía con el voluntarismo social y la renovación de la democracia. ¿Cómo?, ¿cuándo?, ¿dónde? Intelectuales, ¡a trabajar!

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

13 de mayo

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_