Una reforma poco clara

El propósito del PP de eliminar la mayoría de las deducciones fiscales se ha convertido en la primera gran polémica del 28-M.

En la presentación de su programa electoral que hizo al diario El Mundo, José María Aznar se limitó a insinuar algunas claves: "Lo que debe suceder con un sistema fiscal moderno es que las desgravaciones tiendan a ir desapareciendo". Y a continuación enumeraba algunas deducciones que mantendría, como la de vivienda, aunque sólo "mientras no se reforme toda la fiscalidad del sector".

No revelaba, sin embargo, que las restantes desaparecerían por completo: gastos de enfermedad, seguro de vida, inversiones, donaciones de bienes del Patrimonio Histórico, rendimientos netos del trabajo, alquiler de vivienda, guardería...A largo plazo, también la deducción por vivienda caerá si gobierna el PP. De entrada, los populares aseguran que dejarían de contabilizar como renta anual generada el 2% del valor del inmueble, pero dan pocas más explicaciones.

Sí han dicho que se proponen rebajar el tipo marginal (máximo) del IRPF desde el 56% al 40%, lo que ha sido criticado por el Ministerio de Economía, según el cual sólo los 89.000 mayores contribuyentes se beneficiarían de esta medida. También planean aumentar la deducción por hijo y restarla de los ingresos íntegros (en vez de hacerlo de la cuota líquida), independientemente de la renta; lo que favorece a todos, pero más a los de mayores ingresos.

Los planes de pensiones y las plusvalías recibirían igualmente más ventajas.