La culpa es del director
Rupert Murdoch acaba de demostrar que también sabe ser humilde cuando la situación lo requiere. Tras ser amonestado por la Press Complain Commission, organización que vela en el Reino Unido por la ética de los medios de comunicación, Murdoch ha expresado públicamente sus disculpas al conde Spencer, hermano de la princesa de Gales, por los excesos reporteriles de uno de sus periódicos, News of the World.
Bien es cierto que Murdoch responsabiliza de dichos excesos al director del dominical de The Sun, Piers Morgan, un joven y ambicioso periodista que consiguió el año pasado uno de los más destacados premios periodísticos otorgados por la televisión británica. El propio ministro de Cultura y Patrimonio, Stephen Dorrell, se lo entregó entre sonrisas, apretones de manos y muchos flashes de cámaras. Pero esta vez, y según Murdoch, "el joven ha ido demasiado lejos".
Hace apenas un mes, el dominical News of the World publicó un reportaje perfectamente ilustrado en el que relataba a sus lectores el drama de la condesa Spencer, recluida en una clínica especializada en el tratamiento de alcohólicos. Según el marido de la paciente, Charles Spencer, los intentos de aproximación a su esposa habían llevado a los reporteros de News of the World a hacerse pasar por amigos de la pareja. Además de una agria recriminación a través del Channel 4 de la televisión británica, el conde Spencer presentó su correspondiente queja a la Press Complain Comission. Una vez examinado el caso, su presidente, lord Wakeham, encontró razones para amonestar por escrito al responsable último de la publicación: Murdoch.
El reportaje en cuestión no superaba ni remotamente los niveles de escándalo a los que la prensa amarilla británica, y News of the World en concreto, tienen acostumbrados a los lectores de este país. Un rápido repaso a los mayores éxitos de venta de los periódicos de Murdoch incluye temas como los pretendidos lances amorosos de la princesa de Gales con el mayor James Hewitt, datos sobre la supuestapersecución telefónica de la misma princesa a un amigo millonario -y casado para más señas-, para no hablar de la interminable serie sobre el caso Camilla ex Parker Bowles y el príncipe de Gales.
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