La ONU cree que lo peor de la lucha en la Krajina croata ya ha pasado
"Creo que las tensiones se irán rebajando en Croacia", ha dicho el plenipotenciario de las Naciones Unidas para la antigua Yugoslavia, el japonés Yasushi Akashi, después de una larga entrevista con los altos representantes civiles y militares de Zagreb. Croacia y la ONU querían mostrar ayer algunos signos de deshielo en sus relaciones, que en la última semana han alcanzado el punto más bajo en tres años.
También Belgrado, según Akashi, está dispuesto a echar una mano para evitar que croatas y serbocroatas lleguen a lana nueva confrontación. Zagreb había liberado hasta ayer a 670 prisioneros serbios de los casi 2.000 que se rindieron tras el asalto croata de la semana pasada contra el enclave rebelde de Eslavonia occidental.Los secesionistas serbios de Krajina acusan a los croatas de haber violado un compromiso previo deteniendo tras su victoriosa ofensiva a centenares de civiles que deberían haber sido transportados directamente al territorio de sus correligionarios bosnios. Zagreb, que ha anunciado su disposición a negociar con Knin, mantiene todavía bajo interrogatorio a más de 800 serbios, aunque ha prometido a la ONU pleno acceso a los procedimientos y el pleno cumplimiento de las normas humanitarias internacionales.
Dos autobuses de las Naciones Unidas llevaron el martes a territorio serbobosnio a 73 de ellos que han decidido abandonar el enclave reconquistado por los croatas, pese a las repetidas garantías de Zagreb sobre su seguridad y derechos. Knin culpa a los cascos azules de no haber protegido suficientemente a los suyos.
Akashi sigue pidiendo a los dos bandos que retiren sus masivas concentraciones de tropas en las líneas de confrontación oriental, junto a Osijek, y meridional, en torno a Gospic, por entender que ahora bastaría una chispa para incendiarlo todo. La chispa puede surgir incluso fuera de Croacia, en el corredor de Brcko, al norte, de Bosnia-Herzegovina, la línea vital del suministro serbio asediada por croatas y musulmanes del país vecino.
Combates en Brcko
Mientras el diplomático japonés intentaba transmitir en Zagreb cierto optimismo sin convicción, los bosniocroatas, sufrían en Orasje, junto a Brcko, un diluvio artillero serbobosnio. Más de 2.500 proyectiles, según una fuente local. Orasje está en Bosnia-Herzegovina, pero a tiro de piedra de la localidad croata de Zupanja, al otro lado del Sava, donde el Ejército croata y los secesionistas de Krajina permanecen cara a cara.
El secretario general de la ONU, Butros Butros-Gali, junta mañana en París a su plana mayor en los Balcanes para intentar evitar que la situación en Bosnia y Croacia se escape a todo control.
El bloqueo de Naciones Unidas a las represalias aéreas de la OTAN contra los serbios que martirizan Sarajevo, por el que Akashi ha aceptado total responsabilidad, ha ensanchado las divergencias entre Washington, sin tropas sobre el terreno, y sus aliados europeos, paralizados por el temor de que un ataque contra los serbios se vuelva contra los cascos azules. "Somos intermediarios honestos y la decisión no fue fácil", dijo Mashi.
Las tropas de Radovan Karadzic hirieron ayer a cuatro personas en un nuevo bombardeo del centro de la capital bosnia, una zona segura según el Consejo de Seguridad. Los serbios han atacado Sarajevo en los últimos días con morteros de 120 milímetros, armas prohibidas en un radio de 20 kilometros alrededor de la capital. Sólo uno de los bombardeos, del que la ONU admite haber sido previamente advertida, causó nueve muertos el domingo pasado. Las Naciones Unidas, por boca de su portavoz Alexander Ivanko, ha reconocido su total incapacidad para defender a la población civil de los artilleros serbios.
Presos libres o bombas sobre Zagreb
El asunto de los prisioneros serbios en manos croatas es el más candente entre Zagreb y Knin, hasta el punto de que el líder de los serbios rebeldes, Milan Martic (el Karadzic de Krajina), ha amenazado con bombardear de nuevo la capital si toda su gente no era dejada en libertad con fecha de hoy. Martic, sin embargo, habría rebajado en las últimas horas su nivel de adrenalina, según Akashi. Éste viajó el martes a Belgrado para entrevistarse con el presidente serbio, Slobodan Milosevic, y, separadamente, con Martic. Akashi cree que Milosevic "está haciendo todo lo que puede" para contener el reguero de pólvora balcánico.
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