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La sospecha del horror en Okucani

La ONU investiga presuntas atrocidades croatas en Eslavonia

. ENVIADO ESPECIAL

La ONU ha enviado un equipo a Eslavonia occidental, reconquistada por el Ejército croata a los separatistas serbios, para investigar alegaciones de matanzas de civiles por las tropas croatas. Testimonios coincidentes afirman que la artillería de Zagreb se ensañó con los serbios que huían de Okucani hacia Bosnia-Herzegovina, el lunes y el martes pasados, intentando cruzar el río Sava. A los observadores de la ONU les había sido denegado hasta ahora, alegando motivos de seguridad, el acceso a la única vía de escape de Eslavonia occidental hacia territorio serbobosnio, precisamente la carretera que une Okucani con, el puente de Stara Gradiska.

El general Ray Crabbe, número dos del mando militar de la ONU para la antigua Yugoslav'ia, manifestó ayer en Zagreb que cree que "varias decenas" de civiles serbios murieron bajo el fuego croata antes de alcanzar el puente por el que intentaban escapar a territorio de sus correligionarios de Bosnia. Refugiados serbios en Bosnia dique fueron cientos.

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La incómoda afirmación de la ONU se produce cuando el Gobierno croata se esfuerza por transmitir una. imagen. de respetó a los derechos humanos de los civiles detenidos,, permitiendo a los periodistas comprobar sus condiciones. Uno de ellos, decía ayer en Bjelovar, 80 kilometros al noreste de Zagreb, que "muchísimos de los nuestros murieron. intentando escapar" de Eslavonia occidental, y reconoció estar recibiendo un trato digno. Zagreb rechaza el ataque deliberado de sus tropas contra civiles, pero no excluye que algunos, "mezclados con el ejercito serbio en retirada", según la portavoz del presidente Tudjman, murieran por fuego cruzado.

Tropas de la ONU que pasaron por la zona poco después del asalto croata a Okucani, 130 kilometros al sureste de Zagreb, junto a la autopista- de Belgrado, donde según los atacantes hubo gran resistencia serbia, dicen que los que huían fueron ametrallados. Este enviado especial, que había recorrido la misma ruta hace un mes, pero entonces en manos serbias, pudo comprobar el sábado (véase EL PAÍS de ayer) cómo los últimos kilómetros que llevan al puente de Stara Gradiska parecen un escenario revisado de la retirada de los diez mil. No hay restos humanos, pero los recientes impactos artilleros son visibles en casas y en la carretera, en la que se alinean los coches destrozados y en varios de cuyos tramos están esparcidos a centenares casquillos de ametralladoras.

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Soldados del vecino batallón nepalí de la ONU afirman que los croatas hicieron a partir del miércoles una limpieza de la zona, de la que retiraron sobre todo cadáveres. Tres días despues, las pertenencias más cercanas de los serbios que intentaban ponerse a salvo, estaban todavía desperdigadas a los lados de la angosta ruta, junto a remolques cargados con ajuar de casa, ropa, chatarra de automóviles, enseres domésticos, zapatos o juguetes. Entre los amasijos de los coches pueden encontrarse fotos familiares, documentos y el tipo de objetos personales cuyo abandono sugiere una huida desesperada.

Más suerte ha tenido el millar, largo de civiles serbios en manos croatas tras su entrega la semana pasada en Pakrac, el Jugar de Eslavonia donde la resistencia de los rebeldes, se prolongó hasta mediada la semana. 700 de ellos, entre los que figura el joven comandante de la brigada que se rindió al Ejercito de Zagreb,. permanecen desde el jueves en el polideportivo de Bjelovar, convertido en centro de detención.

Sentados sobre mantas, en interminables colas para ir a los servicios o a desayunar, leyendo o dormitando, estos hombres de entre 20 y 70 años esperan ser liberados tras su interrogatorio. Tres miembros de la Cruz Roja vigilaban ayer en Bjelovar el trato a los civiles serbios, que según las apariencias es considerado. Alguno sugirió a este enviado que dudaba mucho de que en circunstancias opuestas ellos hubieran tenido los mismos miramientos.

Pocos se dicen dispuestos a volver a donde vivían hasta la semana pasada, ahora reconquistado por los croatas. Quieren irse a tierras serbias de Bosnia o de la misma Serbia, y algunos de los más jóvenes fuera de los Balcanes.

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