De los tránsfugas a los tribunales
Socialistas y populares viven fuertes discrepancias internas
La tercera legislatura en Aragón se prolongará en el tiempo más allá de los comicios que procederán a renovar el Parlamento regional. Será en los tribunales y no por los pasillos del remozado Palacio de la Alfafería donde los polvos de los últimos periodos de sesiones circulen ya en forma de lodos en fangadores para sentar ante los jueces a varios responsables políticos de la etapa que ahora concluye. Un tiempo marcado por dos conflictivas figuras procedentes del Partido Popular y que termnaron apoyando al Partido Socia lista en las dos principales instituciones, las Cortes y el Ayuntamiento de Zaragoza. Sus nombres, Emilio Gomáriz y José Luis de Torres, han ido precedidos sistemáticamente del epíteto "tráns fuga", como reflejo de su decisión de renegar de la lista electoral que les dio el acta de diputado y concejal, respectivamente, pero sin abandonar el sillón oficial.Precisamente un sillón, éste de cuero y valorado en casi 80.000 pesetas, será la primera causa que siente en el banquillo de los acusados al que fuera líder regional del PSOE y ocupara durante poco más de un año la presidencia regional.
Si José Marco es juzgado por llevarse a casa un sillón comprado con dinero público más adelante él mismo y parte de su equipo gubernamental volverán a vérselas ante el juez, esta vez por utilizar dinero de los presupuestos de la comunidad autónoma para espiar a un largo listado de contrincantes políticos (hasta del propio partido socialista) y empresas privadas.
Pero las tormentas de la legislatura no han afectado únicamente al PSOE. En este partido, los enfrentamientos internos entre marquistas (seguidores del ex presidente regional) y renovadores han llevado a la elaboración de unas listas que en algún caso han terminado también ante los tribunales y en otros con la renuncia de determinados líderes a ir con según qué compañía. En las otras tres formaciones parlamentarias, Partido Popular (PP), Partido Aragonés (Par) e Izquierda Unida QU), las cosas no han sido mucho más fáciles.
El presidente regional (le los populares no consiguió salir exculpado de la comisión de las Cortes de Aragón que investigó su gestión como consejero de Economía en el Gobierno de coalición con los regionalistas. La gestión de la entidad semipública de avales, Araval (cuyo reflotamento necesitó de varios miles de millones de pesetas extraordinarias), dependiente, al menos políticamente, de la consejería que ocupó Santiago Lanzuela, quedó más que en entredicho y hay ya un juez que investiga el pago de comisiones por parte de determinadas empresas.
Sólo la posibilidad de infligir una sonada derrota a los socialistas ha impedido que el enfrentamiento interno en la familia popular haga saltar en, añicos la cohesión del PP. El cemento lo debió poner el mismísimo presidente nacional, José María Aznar, apenas unas horas después de salir ileso de la trampa mortal que ETA le colocará a mediados del pasado mes de abril. Los disciplinados José Atarés y José Ignacio Senao, en quienes realmente reside el poder de las bases populares, han asumido las indicaciones lanzadas desde la sede central, pese a que desde su entorno no se guarde re cato en descalificar a una buena parte de los colaboradores que la flamante alcaldable, Luisa Fernanda Rudi, ha convocado ya para cuando ocupe la presidencia del consistorio.
Los regionalistas también se han dejado algunos pelos en la gatera de la legislatura y hasta se les produjo una escisión, tras expulsar de las filas del Par a un grupo de dirigentes que se atrevieron a criticar a la dirección por pactar con el Partido Nacionalista Vasc con vistas a los últimos comicios europeos. La pugna interna también tuvo sus pulsos a la hora d redactar las listas, pero donde deberán verse las caras los regionilistas será en las urnas con la propuesta, situada en un espacio electoral similar, que formula la Chunta Aragonesista (Cha) de el aragonesismo. Además, debe rán vérselas con el creciente PP, y que puede pasar a ser el socio minoritario de los previsibles acuerdos poselectorales.
De las listas de IU, quienes sido desalojados han sido los tres parlamentarios que han aguantado toda la legislatura en las Cortes, poniendo la pimienta en lo debates y siendo los más crítico con Marco, a quien, apoyaro para "desalojar a la derecha". Lo diputados tampoco compartían posición "cerrada" de la dirección ortodoxa de la coalición y, so pretexto de presentar unas listas con caras nuevas, quedaron apeado de la competición electoral. La expectativas de IU se basan en re coger los votos del PSOE desencantados de la gestión y sobre todo de la propuesta que se real en Zaragoza, donde reside la mitad de la población aragonesa cerca de 700.000 en la capital, de total de 1.200.000 ciudadanos de toda la comunidad.
Las encuestas vaticinan el revolcón a los socialistas, especial mente en Zaragoza. El compromiso de no servirse de tránsfugas como en la anterior legislatura, ha sido alcanzado, pese a las descalificaciones que se han hecho d ellos. La batalla junto al Ebro se anuncia "cruenta".
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