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Las bombas vuelven a sembrar el pánico en Zagreb

A las cinco menos cinco de la soleada tarde de ayer, una estridente sirena devolvió cierta tranquilidad al centro de Zagreb. La gente dejó de apresurarse, y numerosos conductores subieron a los vehículos que habían abandonado a mediodía en busca de refugio, cuando un toque más prolongado advirtió del riesgo inminente de bombardeo. A esa hora, las doce de la mañana, se producía el segundo ataque con cohetes en apenas dos días de los rebeldes serbios de Krajina contra el corazón de su gran enemigo. Seis proyectiles cargados con pequeñas bombas de fragmentación alcanzaban la capital de Croacia, de un millón de habitantes, mataban a un Policía y herían a otras 60 personas.

En dos días, el balance es de seis muertos y casi 200 heridos. Los impactos de los cohetes Orkan disparados por los serbo-croatas desde sus lanzadores móviles en zonas que controlan a menos de 60 kilómetros de Zagreb volvieron ayer a sembrar el pánico en la capital de Croacia. El bombardeo de Zagreb por los rebeldes serbios que ocupan un tercio del país, como el de Karlovac el martes, es una represalia directa contra la victoriosa ofensiva del Ejército croata, iniciada el lunes, para arrebatar a sus ene migos una franja de 30 kilómetros a lo largo de la autopista que une Zagreb con Belgrado.

Uno de los proyectiles abrió un cráter de dos metros junto al Teatro Nacional, en pleno centro de la ciudad. Su onda expansiva destrozó una claraboya de este templo de la ópera y la lluvia de cristales hirió a 24 bailarines extranjeros que se hallaban de gira en Zagreb, como otras de las víctimas de la andanada de cohetería de ayer. Cinco de los bailarines, en grave estado, seguían hospitalizados a última hora de ayer. Fuentes hospitalarias señalaron que un británico se debatía entre la vida y la muerte.Hospital pediátrico

Un obús cayó en el patio de un hospital pediátrico e hirió a familiares de algunos de los niños internados. El embajador ruso en Zagreb visitaba en esos momentos a su nieta. El aeropuerto de Pleso permaneció cerrado desde mediodía hasta bien entra da la tarde por miedo a que se repitiese la situación de la víspera, cuando al menos dos Orkan serbocroatas aterrizaron en la vecindad de sus pistas.

Los esfuerzos internacionales para detener el nuevo foco de guerra en los Balcanes se han visto parcialmente recompensados por la afirmación ayer del ministro croata de Exteriores, Mate Granic, en el sentido de que su país no va a responder militar mente al último bombardeo serbio.

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[Sin embargo, el presidente croata, Franjo Tudjman, amenazó a los serbios de Krajina con una respuesta si éstos continúan bombardeando a la población civil, particularmente Zagreb. En un discurso televisado Tudjman declaró que "si los terroristas serbios atacan nuevamente ciudades croatas, Croacia sabrá responder de manera apropiada", según France Presse.]La pesadilla que está viviendo la capital croata durante las últimas 48 horas puede tocar a su fin si se cumple un impreciso acuerdo verbal de tregua al que llegaron ayer por la tarde ambas partes, con mediación de la ONU, en Knin, la capital rebelde. El compromiso prevé un vago alto el fuego en Eslavonia occidental, nombre de la región al este de Zagreb, junto al río Sava, reconquistada por las fuerzas croatas en su ofensiva de esta semana. El plenipotenciario de las Naciones Unidas para la ex Yugoslavia, Yasushi Akashi, había fracasado antes en un intento de sentar a las partes a negociar en Zagreb.El primer ministro de los serbios rebeldes, el relativamente moderado Borislav Mikelic, viajaba a esta ciudad desde Knin para iniciar negociaciones cuando hicieron impacto los misiles lanzados por sus tropas. El embajador estadounidense en Croacia, Petef Galbraith, se declaró ayer convencido de qué la orden de volver a atacar Zagreb fue dada por el presidente de la denominada República Serbia de Krajina, el ultranacionalista Milan Martic.Posición consolidada

Alrededor de 4.000 soldados croatas han consolidado sus posiciones en la zona de Eslavonia occidental, que parece ir calimándose. Su ofensiva en pinza entre Novska y Nova Gradiska les ha otorgado el control de los casi 30 kilómetros de autopista en poder de los rebeldes serbios hasta el martes. En localidades importantes, como Pakrac y Okucani, más de 600 soldados serbocroatas han comenzado a rendirse y a entregar sus armas pesadas a los cascos azules allí desplegados.

Croacia ha prometido que permitirá dejar la región a los serbios que lo deseen, con tal de que antes entreguen su armamento. El Estado Mayor de la autoproclamada República Serbia de Krajina reconoce elevadas pérdidas en su resistencia al avance croata. Se habla de "varios centenares de civiles y combatientes serbios" muertos en los combates.

Las autoridades croatas reabrieron ayer al tráfico el tramo de 25 kilómetros de la autopista Zagreb-Belgrado recapturados por sus tropas en la ofensiva lanzada en la ofensiva de dos días en Eslavonia occidental. El ministro de Transportes, Ivica Mudrinic, indicó que los 350 kilómetros de autopista que discurren por territorio de Croacia están ahora bajo control del Gobierno de Zagreb.

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