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LA LUCHA ANTITERRORISTA

Los jóvenes juzgados por los disturbios de La Salve dicen que sólo miraban

El Palacio de Justicia donostiarra acogió ayer el inicio del mayor juicio celebrado hasta ahora en el País Vasco contra jóvenes acusados de practicar la violencia callejera. La ausencia de dos de los 22 inculpados por desórdenes públicos y atentado a la autoridad en los incidentes de La Salve de 1993 en San Sebastián y los argumentos de la defensa para paralizar el proceso no impidieron el inicio del juicio. Uno tras otro aseguraron que fueron meros espectadores, y todos, menos uno, afirmaron haber sido maltratados.

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Jaleados por medio centenar de amigos y acompañados de poco más de una decena de familiares, 20 de los procesados entraron en la sala de vistas como si de estrellas de cine se tratara.Mientras una funcionaria del juzgado leía sus nombres para que fuesen tomando asiento en el banquillo de los acusados, sus acompañantes aplaudían su entrada en la sala. El fiscal solicita penas que oscilan entre los dos años y cuatro meses de prisión a los dos meses de arrestó.

Jóvenes de Jarrai, organización juvenil de KAS (conglomerado abertzale del que forma parte ETA), se apostaron frente al Palacio de Justicia con dos pancartas en las que se leía: "No a los juicios farsa contra jóvenes" y "Juzgados por luchar contra la Salve fascista y española".

El representante del ministerio fiscal asegura en su escrito de acusación que los 22 acusados se dirigieron el 14 de agosto de 1993 a la Parte Vieja y al Bulevard para, "valiéndose del grupo, intervenir violenta y activamente en los incidentes destinados a boicotear el inicio de las fiestas patronales de San Sebastián". Y añade que los acusados produjeron con ese fin destrozos en propiedades públicas y privadas.

El abogado Íñigo Iruin, letrado de uno de los acusados, pidió la suspensión de la vista ya que, según argumentó, el escrito de acusación del fiscal causaba indefensión en los procesados debido a que no estaban detalladas las acusaciones que pesaban contra cada uno de los inculpados. El juez desestimó la petición.

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De los 12 procesados que testificaron en la primera sesión, tan sólo uno, M. T. B., no alegó haber sufrido malos tratos e insultos por parte de la Policía Autonómica cuando fue detenido y trasladado a dependencias policiales. Los 12 negaron su participación en los hechos y aseguraron que su presencia en la tarde del 14 de agosto de 1993 en la zona del Bulevard y calles adyacentes se debía exclusivamente a la curiosidad o a circunstancias puntuales.

Todos ellos, según manifestaron ante el juez, estaban contemplando los incidentes entre agentes de la Ertzaintza y jóvenes encapuchados cuando fueron sorprendidos por detrás por agentes de policía de paisano que, sin identificarse, les trasladaron al Ayuntamiento de San Sebastián.

Según el relato de los inculpados, en ningún momento se opusieron a la detención y, a pesar de ello, fueron golpeados en repetidas ocasiones por los policías que les arrestaron. El vecino de San Sebastián J. A. B. A., menor de edad en el momento que fue detenido, manifestó ayer ante el juez que fue golpeado en la cabeza e insultado por los ertzainas. "Me dieron golpes y puñetazos en la cabeza, me dieron patadas en la cara y me insultaron constantemente. Me tumbaron en el suelo boca abajo, con las esposas en la espalda, y casi no podía respirar", indicó. El relato de los otros 11 fue similar.

Ninguno de los acusados, según manifestaron ante el juez, tenían intención de boicotear las fiestas de la Semana Grande y tampoco ninguno de ellos participó en los destrozos ocasionados al Centro de Atracción y Turismo de San Sebastián, a cuatro vehículos, un comercio y mobiliario urbano.

En la sesión que se celebre hoy testificarán el resto de encausados as¡ como algunos de los más de treinta ertzainas citados por el ministerio público. A diferencia de otros procesos similares, no existe prueba videográfica.

Por su parte, la Comisión Ejecutiva de Vizcaya del Partido Socialista de Euskadi (PSE-EE) denunció ayer el atentado con una bomba incendiaria perpetrado por un grupo de encapuchados en la madrugada de ayer contra un coche, aparcado, del concejal socialista de Bermeo (Vizcaya) Patxi Ojeda Arenal, informa desde Bilbao

El PSE-EE presentó una moción de urgencia para condenar el atentado en el Ayuntamiento de Bermeo (gobernado por Eusko Alkartasuna con 6 concejales; otros 6 son del PNV, 3 de HB y socialistas). El texto condena quienes promueven estas acciones, "los mismos que tienen miedo a la voluntad inequívoca de paz, convivencia y democracia de la mayoría del pueblo vasco, al mismo pueblo que confía e sus instituciones y en el Estatuto de Gernika".

Un italiano, un riojano y 20 vascos

Un italiano, un riojano y una veintena de vascos de entre 18 y 30 años están inmersos en el mayor proceso por desórdenes públicos que se está celebrando en Euskadi. La mayoría de los que se sientan en el banquillo de los acusados son simpatizantes de la organización juvenil Jarrai o pertenecen a ella. Quince de la veintena de acusados están siendo representados por letrados vinculados a la izquierda abertzale.Los dos únicos procesados que no están asistiendo al juicio son el italiano M. B., al que el fiscal pide menos de un año de prisión y está siendo juzgado sin estar presente, y el joven A. O. C, cuyo paradero se desconoce desde hace varios meses.

Entre los acusados se encuentra un ex toxicómano, A. V. T, sobre el que pesa la mayor petición del ministerio fiscal, dos años y cuatro meses. El procesado posee antecedentes penales, ya que en otras dos ocasiones ha tenido que comparecer ante la justicia por robo.La única mujer que se sienta en el banquillo de los acusados es M. A. M, de Hondarribia, quien negó en todo momento, a preguntas del representante del ministerio fiscal, haber tirado piedras contra los ertzainas.La mayor parte de los procesados son nacidos en pueblos de Guipúzcoa, salvo un joven de Vitoria que se encontraba en esas fechas de vacaciones en San Sebastián. J. Z. E., vecino de la capital alavesa, declaró ante el juez que era imposible que él hubiera lanzado objetos contra los ertzainas porque uno de sus brazos es ortopédico y con el otro no tiene demasiada fuerza.A lo largo de la vista oral salieron a relucir los atuendos que en la tarde del 14 de agosto llevaban los detenidos. Algunos de ellos declararon que llevaban prendas con capuchas, aunque aseguraron que en ningún momento utilizaron éstas para ocultar el rostro.

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