Límites

El Ayuntamiento de Seseña, municipio de Toledo en los límites con la provincia de Madrid, no sólo se mueve en las fronteras geográficas, sino también en las de la legalidad. Tras la pavimentación de unas calles, concretamente una es la que corresponde a una finca que tengo en esta localidad, el Corisistorio exige el pago de estas obras. Algo muy lógico, a pesar de que a los pocos días el pavimento se levanta por sí solo en torno a las tapas del alcantarillado y las aceras se solucionan con una capa, poco alisada, de cemento. Pero el Ayuntamiento, al igual que obliga a la mayoría al pago de estas obras, no actúa con la misma contundencia contra aquellas personas o constructoras que infringen las normas de urbanismo.Ante una denuncia presentada en octubre de 1994, el Ayuntamiento me da la razón de la ilegalidad cometida junto a mi terreno con una construcción que no guarda las separaciones fijadas en el Plan Parcial de Urbanismo. El vecino en cuestión retira en lo fijado por la ley, pero manteniendo la misma estructura metálica que infringía e infringe lo estipulado.-

Pese a las numerosas quejas la infracción persiste. ¿Qué supuesto interés tiene el Gobierno local en que esto ocurra? ¿Tal vez es que su único interés es recaudar dinero? Triste papel para una administración local.-