Estados Unidos habla de sanciones a Japón si no abre su mercado de coches
La Administración de Estados Unidos parece decidida, después de dos años de discusiones infructuosas, a alcanzar un acuerdo con Japón sobre el acceso de los fabricantes estadounidenses al mercado automovilístico de aquel país. La Administración Clinton maneja la imposición de sanciones comerciales en caso de fracaso.La presidenta del Consejo Nacional de Economía de la Casa Blanca, Laura Tyson, reafirmó esta determinación el pasado fin de semana al dejar entender que la administración no dudaría en poner en marcha el mecanismo de retorsión si durante los tres días de discusiones que a nivel ministerial, van a tener lugar a partir de hoy lunes en Vancouver, Canadá, no se producen resultados- satisfactorios.
Existe un "fuerte consenso" en la administración "para encontrar soluciones significativas" en los sectores en discusión con Japón: mayor acceso al mercado japonés de vehículos, recambios y componentes, dijo Tyson. Este mercado representa casi el 60% del déficit comercial de Estados Unidos con Japón, que en 1994 alcanzó la cifra récord de 65.700 millones de dólares.
Fuentes próximas a la administración señalaron que la lista de posibles sanciones norteamericanas a Japón supondrían 1.000 millones, de dólares en las ventas japonesas, mediante la imposición de una medida de duplicar los derechos de aduana. Los representantes de la industria del automóvil japonés consideran que la amenaza no pasa de ser un ardid negociador. Estas divergencias en la percepción de cuál es el momento negociador puede tener un fuerte impacto en las reuniones que tendrán lugar este semana y sobre la reunión que el Consejo de Economía mantendrá el próximo fin de semana para evaluar los resultados, antes de pasar a imponer las posibles sanciones.
Componentes
Las dos partes mantienen posiciones alejadas sobre los grandes aspectos de la negociación. Japoneses y estadounidenses concluyeron el pasado jueves dos días de discusiones a nivel de expertos, sin lograr aparentemente reducir las divergencias. Los escasos progresos se alcanzaron la semana anterior, en Washington, sobre la desregulación del mercado japonés de piezas de recambio. Pero Tokio rechazó un proposición para alcanzar un acuerdo y que los constructores japones incrementaran sus compras a extranjeros de componentes de automóviles.
La Administración de Estados Unidos considera que no se puede mantener la actual situación, calificada de cierre del mercado al constructor extranjero ya que sólo el 4% de los vehículos que circulan en Japón corresponden a automóviles totalmente importados.
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