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Italia ignora por completo el 50º aniversario de la muerte de Mussolini

Ni elogios ni denuestos ni otras reflexiones. Ni una línea en los diarios o una imagen en televisión que informara de si hubo ayer nostálgicos en el cementerio de Predappio, no lejos de Rímini, donde Benito Mussolini nació en 1883 y se encuentra enterrado desde hace 50 años. Italia ha ignorado prácticamente que haya transcurrido medio siglo desde aquel 28 de abril de 1945 en que el duce fue abatido por una ráfaga de metralleta en Bonzanigo, a orillas del lago de Como.Aún se discute si aquella ráfaga fue causal, provocada por los nervios de Claretta Petacci cuando se aferró alarmada -"Ben, te matan", gritó- a la metralleta del partisano que trataba de separarle de su amante, y si Mussolini no tendría que haber sido trasladado vivo al piazzale Loreto de Milán, donde su cadáver y el de Petacci fueron luego apaleados, para ser juzgado junto a otros 14 jerarcas del régimen.

No ha logrado aclarar el detalle la revista Panorama en uno de los rarísimos artículos sobre el dictador aparecidos. El semanario reconstruye los detalles de su captura cuando huía de Milán hacia la Valtellina, disfrazado de soldado nazi en una columna cercada por los partisanos, y especula sobre si fue descubierto por algún oficial alemán o italiano dispuesto a obtener la clemencia de los sitiadores.

El misterio, es, sin embargo, por qué uno de los mayores criminales de guerra de este siglo fue liquidado por un combatiente anónimo en un remoto prado alpino, cuando el interés por su suerte había comenzado a surgir desde Washington hasta el Vaticano. También subsiste el misterio sobre qué fue de los cuantiosos bienes que Mussolini y los suyos trataron de salvar en la huída, junto a numerosos documentos que incluían correspondencia entre el jefe fascista y Winston Churchill.

Pío XII, financiero

Otro periódico italiano, Il Giornale, ha informado estos días de que el papa Pío XII financió la República Social Italiana (RIS) que Mussolini constituyó en Saló, en 1943, tras ser destituido de la presidencia del Gobierno italiano por Víctor Manuel III.

Benny Lai, experto en Pío XII y atizador de las polémicas relaciones de aquel pontífice con el nazismo, ha entrevistado a Massimo Spada, un ex dirigente del Istituto per le Opere di Religione (IOR), el llamado banco del Papa, al que un jerarca de la RSI confirmó, todavía en plena guerra, el dato y la vía de la financiación vaticana. Domenico Pellegrini-Giampietro, ministro de Hacienda del último baluarte de Mussolini, asegura, según afirma Lai, que el Vaticano compró los bonos en cuestión por hacer un buen negocio, que, de hecho, realizó.

Alessandra Mussolini, la diputada de AN y nieta del dictador, asistió ayer en Roma a un funeral en su memoria acompañada de Vittorio, hijo de il Duce. "En el mundo de la política italiana", declaró Alessandra, "impera todavía la cultura del odio".

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