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Un juez investiga el uso de la hormona del crecimiento en el Gregorio Marañón

El jefe del servicio se querella contra el jefe clínico por falsear historiales

Una disputa profesional entre los responsables del departamento de endocrinología del hospital Gregorio Marañón, en Madrid, ha acabado en los juzgados. El jefe de servicio, Antonino Jara, se ha querellado contra el jefe clínico, Basilio Moreno, por presunto falseamiento de 10 historiales médicos para que el Comité Central de la Hormona del Crecimiento (creado por el Insalud en 1989 para regular el uso de este fármaco) diera el visto bueno a un tratamiento de 15 millones de pesetas por enfermo. Jara fue expedientado en 1993 por la falta que ahora imputa a su compañero.

, La razón esbozada por Jara para explicar el supuesto delito de su compañero se basa en el excesivo coste económico del tratamiento con la hormona del crecimiento -casi tres millones de pesetas al año, durante cuatro o cinco años-. El indudable negocio que se mueve en torno a este fármaco se podría traducir en "ayudas económicas al doctor Moreno", dice Jara, por parte de los laboratorios vendedores. De hecho, es el precio de la hormona lo que ha justificado la creación de una comisión de control.Moreno se defiende: "No hay ninguna razón que podría hacer pensar en que me estoy beneficiando económicamente. Ni prescribo especialmente este medicamento en relación al número de pacientes que trato; ni lo hago con ningún laboratorio, de los cuatro que lo comercializan

[Kabi, Lilly, Novo y Serono], en exclusiva".

La historia de este rifirrafe médico empezó hace más de dos años. En enero de 1993, Jara denunció a la dirección del hospital que Moreno había manipulado supuestamente una decena de resultados en las pruebas bioquímicas de 44 pacientes medicados con la hormona. La gerencia recurrió a un árbitro, en marzo de 1993, para que arrojara luz.

Comisión investigadora

Rafael Yturriaga, jefe del servicio de pediatría del hospital Ramón y Cajal y miembro del comité del Insalud sobre la hormona del crecimiento, fue el encargado de elaborar un informe para aclarar la disputa. Yturriaga encontró infundada la denuncia. Durante la investigación y el examen de los expedientes del departamento del. hospital Gregorio Marañón encontró dos irregularidades, pero no en pacientes de Moreno sino en enfermos de Jara. "El cazador cazado", dice el jefe clínico. "Absurdo", responde el jefe del servicio. A raíz de este informe se creó una comisión, formada por tres inspectores médicos del Insalud y un representante de la Dirección General de Farmacia, que se ratificó en el dictamen de Yturriaga. La conclusión fue un expediente administrativo en el verano de 1993 al denunciante que resultó denunciado: una falta leve, 15 días de suspensión de empleo y sueldo. Jara, que no duda en considerarse "perseguido", acudió a la vía penal y trasladó su acusación al Juzgado de Instrucción número 20 de Madrid, que ha admitido a trámite la querella. Basilio Moreno, a su vez, anuncia que estudiará también recurrir, a los juzgados "cuando se solucione este asunto, achacable a celos profesionales".

El consejero de Salud de la Comunidad de Madrid, Pedro Sabando, de quien depende el hospital, no duda en calificar de "episodio lamentable" todo este proceso que amenaza con "alarmar de forma innecesaria a los pacientes que, hoy por hoy, están siendo tratados correctainente". En la actualidad, la dirección del centro estudia "la forma de encontrar una solución definitiva para el servicio de endocrinología del hospital", comenta Sabando, y añade que no cree que haga falta recurrir a "medidas drásticas".

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