"La imagen de los ganaderos es muy mala, y con razón", afirma Felipe Lafita
500 profesionales debatieron sobre la crianza del toro bravo
Felipe Lafita, presidente de la Unión de Criadores de Toros de Lidia, dice estar muy preocupado con la imagen de los ganaderos, reconoce que el toro bravo no vive su mejor momento y piensa que los 272 integrantes de su asociación forman un círculo cerrado en el que predomina el pecado de la vanidad. Recientemente se ha clausurado en Sevilla el III Congreso Mundial de Ganaderos, con participación de más de 500 profesionales.
, Los asistentes han analizado algunos de los asuntos que más preocupan al sector: desde la alimentación y las enfermedades del ganado, hasta las garantías jurídicas de sus criadores y las relaciones con la Administración."La imagen de los ganaderos es muy mala, y con razón", afirma Felipe Lafita; "ha habido mucho granuja que ha hecho mucho daño; pero la estamos mejorando porque somos muchos los que trabajamos con seriedad y rigor para ofrecer una Fiesta digna".
De entrada, se manifiesta contrario al afeitado, aunque también es rotundo a la hora de rechazar las técnicas actuales de detección del fraude. "No creo en ellas", argumenta, "y, por tanto, no puedo imponer sanciones a los defraudadores, y estoy deseando ponerlas". Asegura que, a pesar, de todo, se afeita menos de lo que se dice, que las presiones sólo se producen en los espectáculos de ínfima categoría y que ninguna irregularidad de este tipo es demostrable: "No se puede hacer nada hasta que se demuestre fehacientemente que un ganadero ha afeitado; demuéstremelo usted y lo expulso inmediatamente de la Unión".
El presidente de los ganaderos, propietario de la ganadería de El Torreón, reconoce que el toro atraviesa momentos muy bajos. "Creo que hay que imprimirle más casta buena", afirma, "para que sea más bravo y embista de una manera que permita un espectáculo interesante
Está convencido de que el aficionado de hoy no admite la tragedia en el ruedo, pero sí exige el peligro. "Si no hay riesgo en la plaza, no hay fiesta", afirma, "pero la casta del toro debe permitir torearlo con las técnicas actuales; los matadores de toros se han convertido en toreros de toros, porque lo que pide la gente es ver torear, y la prueba está en que se conceden muchas orejas con estocadas muy defectuosas". A la hora de la verdad, lo que no está nada claro, sin embargo, es qué tipo de toro hay que buscar porque, según Felipe Lafita, "los ganaderos somos muy vanidosos, y todos creemos que nuestro toro es el mejor; yo he planteado el que considero necesario para la Fiesta, pero no estoy seguro de que podamos encontrar un criterio unánime". En este sentido, el presidente de los ganaderos asegura que existe unidad en el colectivo, "aunque con divergencias".
Crianza
Hace hincapié Lafita en que es muy difícil ser ganadero hoy en España, aunque admite que ha aumentado considerablemente el número de personas que se dedican a la crianza del toro bravo. "Parece que ser ganadero" dice, "es un escaparate, una moda, una situación para disfrutar; yo mismo me compré hace 20 años una ganadería cuando tuve unos ahorrillos y, ahora viviría mejor si no hubiera adoptado esa decisión; tengo dinero invertido de manera poco rentable y, además, me equivoqué en cuanto a la vanidad, porque el primer toro qué lidié le pidieron el cambio antes de picarlo, y yo me quería morir".
Asegura Felipe Lafita que la Unión de Criadores es un club selecto de 272 poseedores de otros tantos hierros, un círculo cerrado que debería abrirse a los demás ganaderos para conseguir entre todos una patronal fuerte, capaz de defender los intereses del sector. La Unión es la responsable del libro genealógico del toro bravo, pero, sin embargo, no participa en los criterios de selección de sus asociados.
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