Los padres de un niño moribundo recorren angustiados tres centros sanitarios sin hallar a ningún médico
JOSÉ A. HERNÁNDEZ Los padres del bebé que se cayó el pasado día 11 en la piscina que sus abuelos tienen en un chalé de la zona de Arturo Soria (véase EL PAÍS del miércoles 12) recorrieron ese día, con el crío moribundo, tres centros sanitarios del Insalud sin encontrar en ellos a ningún médico que asistiese al pequeño. El subdirector provincial de Atención Primaria del Insalud, Félix Miaja, señaló ayer que, nada más tener conocimiento del hecho, ordenó que se abriese una investigación exhaustiva de lo ocurrido. Miaja decidió abrir la investigación, que aún no ha concluido, al ser informado del singular hecho de que una UVI móvil había tenido que desplazarse hasta un ambulatorio para asistir una urgencia.
La angustia que vivieron el martes día 11 Alicia y su esposo, José E. D., de 36 años, cuando hallaron a su pequeño -de dos años- flotando sobre el agua de la piscina -situada en un chalé que poseen los padres de ella en Arturo Soria, norte de la ciudad- no ha terminado aún: ocho días después de la tragedia, el pequeño sigue en estado muy grave en la residencia La Paz.
El drama de estos padres comenzó hacia las dos del mediodía. El padre del crío llegó al chalé de sus suegros, enclavado en la calle de Matías Turrón, y, tras saludar a su esposa y a los padres de ésta, preguntó dónde estaba el niño. "Hace unos momentos le he visto jugando contestó la madre, Alicia.
Segundos después, el padre vio el cuerpo de su pequeño flotando boca abajo sobre el agua de la piscina, que estaba vallada. El crío había conseguido abrir la cerradura de la puerta metiendo la mano por un hueco de la valla.
Imnediatamente, la madre le cogió en brazos y echó a correr hacia la calle pidiendo auxilio. Los dos ocupantes de un vehículo que pasaba en ese momento por el lugar (sobre 14.10) vieron enseguida su desesperación. El marido corría tras ella y el matrimonio detuvo el coche para pedir auxilio. "Mi hijo se ha caído« a una piscina y está muerto", sollozaba la madre.
PASA A LA PÁGINA 4
El Insalud dice que si hay algún irresponsable "se le caerá el pelo"
VIENE DE LA PÁGINA 1 Uno de los ocupantes del turismo que auxilió a los padres era agente del Cuerpo Nacional de Policía. Estaba fuera de servicio y acompañaba en el vehículo a su cuñado, que conducía el automóvil. Ante los gritos, desesperados de la madre, detuvieron el coche y subieron al niño y sus padres.
Se dirigieron rápidamente al servicio de urgencias que el Insalud posee en la calle de Vicente Muzas, pero la puerta de acceso estaba cerrada. Por este motivo se dirigieron a continuación a un ambulatorio situado a unos veinte metros del citado servicio de urgencia, pero allí "no había personal facultativo para atender al niño". Así lo indica en un escrito oficial el agente policial que acompañó a los padres en su angustiosa odisea.
Como no había médico, según el policía, volvieron a subirse al coche y acudieron a otro ambulatorio ubicado en la calle de Arturo Soria, también próximo a los dos centros sanitarios antes citados. Pero en este último tampoco había ningún "facultativo" que atendiese al pequeño. Sólo quedaban dentro un enfermero y una auxiliar administrativa.
Éstos intentaron reanimar al niño y, paralelamente, avisaron al 061, servicios de urgencias del Insalud. Una UVI móvil del 061 se presentó en el centro minutos después. Los miembros de su dotación efectuaron al pequeño masajes cardiacos y lograron reanimar las ya casi apagadas constantes vitales del crío.
De no ser por ellos, el niño, que había estado "bastante tiempo" sumergido en la piscina, según fuentes del Insalud, habría muerto. Tras recuperarle el pulso y los latidos cardíacos, le llevaron en la UVI móvil a la unidad de cuidados intensivos de la residencia sanitaria La Paz. La salud del pequeño, todavía hospitalizado, sigue siendo muy crítica.
Investigación oficial
El Insalud de Madrid, por orden del subdirector provincial de atención primaria, Félix Miaja, está ahora intentando aclarar por qué no había ningún médico a esa hora en dos de los centros sanitarios a los que acudieron los padres del niño. En un principio -y salvo que la investigación revele otra cosa-, a Miaja le extraña que a esa hora (entre las 14.15 y las 14.30, aproximadamente) no hubiese ningún médico en dos de los tres centros que recorrieron los padres.
Sí es normal, según afirmó ayer Miaja, que estuviese cerrado el primer centro asistencial que visitaron, el destinado a urgencias. "Es normal, porque este tipo de centros, los llamados Seus, sólo funcionan a partir de las cinco de la tarde", explicó el subdirector provincial de atención primaria de la dirección provincial del Insalud. Lo que, a priori, no es normal es lo que sucedió en los otros dos. "Si se comprueba que a esa hora debía haber algún médico en alguno de esos dos centros y que, sin embargo, no estaba, a ése", asegura Miaja, "se le caerá el pelo". Miaja ha pedido a estos dos últimos centros asistenciales que le informen con detalle de los horarios de todos los médicos que trabajan en ellos. "Si vemos que no tenían por qué estar allí a esa hora, pues no pasará nada", subrayó también.
Una vez que el niño fue trasladado, a La Paz, el policía que llevó a los padres en el coche hasta los distintos centros sanitarios puso los hechos en conocimiento de la comisaría del distrito de Ventas, y ésta, en manos de los jueces de la plaza de Castilla. El agente policial también lo pasó muy mal viendo la lógica angustia de unos padres que llevaban en sus brazos a un niño moribundo y buscaban desesperadamente a un médico.
Según fuentes del Insalud, corroboradas por el policía en el escrito oficial que presentó horas después del suceso en la comisaría del distrito de Ventas, la eficaz intervención de la dotación del 061 fue probablemente la causa de que el niño esté aún con vida. "Estuvieron reanimándole durante nueve minutos", señalaron ayer fuentes del Insalud. Agentes de la comisaría de Ventas acudieron esa tarde al domicilio de los abuelos del pequeño y levantaron un atestado sobre lo ocurrido. Uno de los vecinos indicó a la policía que hizo el boca a boca al pequeño, segundos después de ser rescatado del agua de la piscina por sus padres.
La madre del pequeño, visiblemente afectada, ratificó a este periódico las vicisitudes que sufrieron ella y su marido para hallar a un médico que atendiese a su pequeño. No obstante, señaló que, de momento, no ha pensando en la posibilidad de presentar una demanda judicial. "Ahora", explicó, "sólo me preocupa la salud de mi hijo", que sigue internado en La Paz en estado crítico.
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