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MATANZA EN EEUU

Decenas de muertos y cientos de desaparecidos al estallar un coche bomba en Oklahoma

"Estas escenas que están ustedes viendo -por favor, aparten a los niños de la televisión- no pertenecen a ningún incidente terrorista internacional: son de algo que ha ocurrido en su patio trasero". El periodista de la KFOR, la emisora local de televisión de Oklahoma, no salía de su asombro al mostrar todo un edificio de nueve plantas, el Alfred Murrah, semirreventado por una potente explosión en el centro de esta tranquila ciudad del Medio Oeste norteamericano. El jefe de la policía local aseguraba al caer la noche que el número de muertos confirmados ascendía a 20; entre ellos, 17 niños, pero los desaparecidos eran 250 y los heridos superaban el centenar. La alarma llevó a reforzar la vigilancia en la Casa Blanca.

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La explosión -a falta de la confirmación oficial del FBI- se debió a un artefacto de unos 450 kilos colocado en un coche. Un segundo explosivo fue desactivado a tiempo dentro del inmueble. Es el mayor acto de terror de la historia de Estados Unidos.Pasaban algunos minutos de las nueve de la mañana de ayer (cuatro de la tarde en la España peninsular) cuando el edificio Alfred Murrah. se estremeció con una violencia inusitada. La explosión se dejó sentir a una distancia de 50 kilómetros y destruyó completamente una de las fachadas del edificio. El centro de Oklahoma, capital del Estado del mismo nombre, una ciudad de 450.000 habitantes, entró en caos absoluto, y la escena no tenía nada que envidiar a los peores recuerdos del Beirut de hace unos años: heridos y conmocionados abandonaban las oficinas afectadas por la explosión y eran atendidos en medio de la calle, entre las sirenas de ambulancias y bomberos, los escombros y las llamas.

A las pocas horas el Buró Federal de Investigación (FBI) emitió desde Ok1ahoma un comunicado de alerta sobre tres individuos que podrían estar relacionados con la colocación del coche bomba en dicha localidad. Los únicos detalles hechos públicos es que el origen de dos de ellos parecía ser "de Oriente Próximo": uno de entre 20 y 25 años, y el otro de entre 35 y 38. Supuestamente se desplazaban en un camión marrón de marca Chevrolet con las ventanas ahumadas. Según la descripción del FBI, estas dos personas tenían pelo negro y barba. Sobre el conductor y supuesto tercer cómplice no se facilitó ninguna información, informa Juan Cavestany.

Camión alquilado

Una emisora de televisión de la ciudad de Dallas informó que el camión había sido alquilado en el aeropuerto de Dallas / Fort Worth, que se encuentra a unos 330 kilómetros de OkIahoma. Los autores del atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York, en 1993, fueron capturados a través de la agencia con la que alquilaron su vehículo, aunque en este caso ocurrió cuando fueron a devolverlo.

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Por otra parte, la coincidencia de la fecha con el segundo aniversario del desenlace trágico del cerco de Waco, en el vecino estado de Tejas, desató las primeras especulaciones sobre la posible represalia de miembros de la secta de los Davidianos. De hecho, en el edificio Alfred Murrah, sede de varios organismos oficiales, se encuentran las oficinas del ATF, el cuerpo especial de policía dependiente del Departamento del Tesoro que protagonizó el primer asalto en Waco. La ofensiva del FBI a la mansión del infame David Koresh se saldó con 70 muertos, entre ellos. Koresh, su líder. Un portavoz de esta secta desmintió cualquier implicación y el portavoz de la Casa Blanca, Mike McCurry, negó que hubiera pruebas que la inculpen.

Además de los centros oficiales, en el edificio había una guardería. Según las primeras estimaciones, al menos 12 niños de esta resultaron muertos. La intención mortífera del atentado era evidente, ya que a las nueve de la mañana siempre hay personas en el Alfred Murrah. En sus oficinas trabajan casi 600 empleados.

"Creí que era un terremoto, porque el edificio crujió de arriba a abajo... En la planta quinta, a nuestro lado, se abrió un agujero: mirábamos para arriba y se veía el cielo. Mirábamos para abajo y se veía la calle... Corrimos hacia dentro y hacia la salida sin pensar en más...". El testimonio del hombre que abandona el edificio Alfred Murrah, tambaleándose, se recogía en los micrófonos de todas las emisoras de radio y televisión que habían interrumpido la programación para conectar con Oklahoma.

Los automóviles particulares se movilizaron para trasladar heridos a los hospitales y la Cruz Roja hizo un llamamiento urgente para las donaciones de sangre. Las personas que salían del edificio contaban a trompicones la experiencia que acababan de sufrir. "Un ruido horrible, un ruido horrible...", repetía una mujer mayor sin atreverse a volver la cabeza hacia la fachada destruída del centro que había dejado hacía algunos minutos.

"No tengo ni idea de la gente que podíamos estar dentro", señalaba un hombre sereno que contaba su peripecia: "Un grupo de personas que estábamos en una oficina nos metimos debajo de las mesas para protegernos de la lluvia de cristales... No entendíamos lo que estaba pasando pero, después de la explosión y de los primeros momentos, salimos como pudimos...".

La explosión de Oklahoma y una falsa alarma en Boston provocaron la alerta en numerosos centros oficiales. El pánico estaba en la calle. En Washington se reforzó la vigilancia en la Casa Blanca, el Capitolio y los cuarteles generales de diversos organismos. Otros edificios federales del país fueron evacuados.

Con la prudencia habitual en estos casos, fuentes del FBI señalaron que en el equipo enviado al lugar de la explosión hay expertos que participaron en la investigación del atentado contra las Torres Gemelas. El Departamento del Tesoro envió a otro grupo de especialistas del ATF. En total, unas 40 personas han sido movilizadas.

Lucha antiterrorista

Uno de los expertos en lucha antiterrorista enviados a Oklahoma dijo que aún no estaba claro que se tratara de un acto terrorista y que existía la posibilidad de que fuera obra de "un lunático" actuando por su cuenta. Un portavoz del departamento de bomberos de la ciudad aseguró que en el lugar de los hechos se había encontrado entre los escombros un lanzagranadas.

Mientras, el grupo afroamericano musulmán de Estados Unidos conocido como Nación del Islam negaba en un comunicado cualquier responsabilidad en el supuesto atentado, después de que emisora de televisión local dijese haber recibido una llamada que reivindicaba la autoría de la explosión por dicho grupo.

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