"A los que predican el reparto del agua, no se les oye hablar de distribuir la riqueza"

, José Bono creé que aunque la democracia española ha apostado por la descentralización del poder político queda "aún camino por recorrer para que algunos entiendan que el Estado no acaba en el Paseo de la Castellana". Así se defiende ante las críticas de insolidaridad por su oposición al paso de la N-III por las Hoces del Cabriel y al trasvase de agua.Pregunta. En un reciente recurso judicial, usted argumenta que el agua no es trasvasable cuando se necesita allí donde está. ¿No cree que esto contradice la tesis socialista de que el agua es de todos?

Respuesta. El agua es un bien escaso que debe distribuirse atendiendo a que es un factor de riqueza. Un plan que quiera establecer con rigor su distribución debe tener en cuenta un uso adecuado antes que las obras faraónicas. España, tras Estados Unidos, es el país que más agua consume por habitante. Y no estamos en una zona especialmente húmeda.

P. Pero, a su juicio ¿de quién es el agua?, ¿es de todos o del lugar por el que pasa?

R. Es de quien más la necesita, y no quien más grita o la ha usado históricamente. Es razonable pensar que el agua pueda ir de la España húmeda a la seca, pero no considerar a Castilla-La Mancha dentro de la España húmeda ni establecer criterios que reduzcan la solidaridad al agua. Parecería que lo único que debe vertebrar a España es el agua y se está permanentemente predicando sobre su distribución, pero no se les oye hablar de distribuir la riqueza. ¿Por qué no trasvasar también riqueza y bienestar? Hablamos de solidaridad desde una experiencia solidaria de 15 años de trasvase.

P. Da la impresión de que los tribunales no están por su reivindicación territorial sobre el agua y las Hoces de Cabriel a juzgar por dos recientes sentencias.

R. A veces triunfan las imágenes sobre la realidad. Sobre las Hoces del Cabriel no ha habido sentencia sino un auto que se pronuncia sobre algo que no había pedido el Gobierno regional. No estábamos en ese pleito porque la ley de espacios naturales impide que se haga una autovía por un lugar sobre el que se está realizando un plan previo para su declaración como espacio natural. Esta ley impide que los planes de Borrell puedan ejecutarse, pero entiendo que algunos quieran vivir en la ilusión de haber ganado una batalla que yo no he dado. Necesitamos tesón porque nuestro adversario es muy poderoso. Pero también era poderoso el Ejército y conseguimos que Cabañeros no fuera un campo de tiro. En cuanto al agua, según la ley sólo pueden trasvasarse los excedentes y en Entrepeñas y Buendía está admitido por el propio Gobierno que no sobra agua.P. El conflicto del agua, que le ha enfrentado con el presidente valenciano Lerma y el ministro Borrell, revela falta de cohesión del PSOE. ¿Le preocupa?

R. He jurado defender los intereses de mi región que, por ciento, caben dentro de los de España y de mi partido. Y los voy a defender, aunque para algunos resulte extraño que en Castilla-La Mancha tengamos voz propia. Algunos creen que sólo podían tener voz propia Cataluña y País Vasco.

P. Algunos presidentes autonómicos toman la bandera del anticatalanismo en su defensa del territorio. Usted la de la ecología, muy rentable electoralmente...

R. La ecología es una buena bandera, pero está muy lejos de ser un estandarte de guerra. Nuestros planteamientos los defiendo frente a un ministerio que también lo es del Medio Ambiente. Esta actitud es más noble que el anticatalanismo.

P. ¿La cohesión territorial de España está en peligro si cada presidente autonómico eleva a principios la defensa de sus intereses regionales? ¿No hay un peligro real de ingobernabilidad?

R. Dice Felipe González que España se gobierna desde La Moncloa; pues bien, Castilla-La Mancha no se gobierna desde Ferraz. Aquellos que se sorprenden de que el presidente de Castilla-La Mancha defienda los intereses de su región desearían un país con una sola región y un solo presidente. Eso es el centralismo. A nadie le extrañaría que Pujol defendiera para Cataluña lo que yo defiendo para Castilla-La Mancha. Pero, posiblemente, que Castilla-La Mancha tenga voz propia no estaba en el guión de los que elaboraron lo del café para todos.

P. ¿No estamos ante un proceso de cambio de una ideología socialista por otra territorial?.

R. Sería un grave error identificar socialismo con centralismo. Fui elegido, para defender este territorio desde la solidaridad, pero falto a ella si acepto que Castilla-La Mancha, que no es una ole las regiones más ricas, sea sometida como históricamente lo estuvo al poder centralista que encarnaban los siderúrgicos vascos, los industriales catalanes y los cerealistas castellano-andaluces.

P. Su planteamiento territorial choca con la tesis de su partido de hacer una campaña de confrontación de izquierda contra derecha.

R. En 15 días no se ganan o se pierden unas elecciones. Voy a afrontar la campaña con serenidad y sin insultos. Pediré ayuda a quienes crean que su región debe tener una voz que defienda sus in tereses. Vamos a recoger votos no estrictamente ideológicos. Habrá personas que votan a otros partidos en las generales y que nos voten en las autonómicas.

P. Su campaña va a estar muy pegada al territorio. Por tanto, preferirá no contar con apoyos exteriores del PSOE.

R. Si hiciera una campaña no basada en Castilla-La Mancha sería torpe. Pero los que quieran ayudar tienen la puerta abierta.

P. ¿Incluido Alfonso Guerra?

R. No excluyo a nadie.

P. Se dice que usted quiere formar un partido regionalista.

R. Quien dice eso es un calumniador. Si Dios quiere, espero vivir siempre con el carné de mi partido en mi bolsillo.

P. ¿Qué opina de Borrell?

R. Tiene una imagen de capacidad comunicativa consolidada.

P. ¿Y del presidente Lerma?

R. Es un buen presidente de cerca de 200.000 ciudadanos nacidos en mi tierra. Por ello, le tengo especial consideración.

P. ¿Qué le parece Jordi Pujol?

R. Admiro su pasión por Cataluña y eso es digno de aplauso. Ha sabido representar y defender a Cataluña. No me duelen prendas en reconocerlo, aunque de ser catalán votaría al PSC.

P. Usted avaló a Garzón y Pérez Mariño. ¿Cómo juzga su paso por las filas socialistas?

R. Ambos entraron libremente en las listas del PSOE y escogieron un momento para irse que quizás invitó más a la reacción que a la reflexión. No juzgo su decisión. Esta experiencia no me lleva a reaccionar contra los independientes. Sería muy malo que la política fuese patrimonio exclusivo de los que tenemos carné. Los problemas más graves del PSOE no vienen de los independientes, sino de algunos comportamientos de gente con carné.

P. Parece que usted culpa más a su partido de lo que pasó.

R. No. El partido debe caminar hacia la apertura. Las cúpulas deben disminuir su poder, sobre todo al hacer las candidaturas. Pero los independientes que entran no son estrictamente neutrales.