De Linares al Parque España
El interés de las empresas japonesas por el mercado español ha caído en picado en los últimos meses. ¿Por qué? En el propio Japón justifican este fenómeno con un triple razonamiento:La crisis mundial ha afectado notablemente a las empresas niponas, y éstas se han visto obligadas a recortar gastos e inversiones y, en muchos casos, a replegarse a sus dominios.
La mayor parte de las multinacionales dirigen sus escasas nuevas inversiones o trasladan las viejas a países con costes menores, especialmente de mano de obra. "Si en las propios empresarios de la Unión Europea prefieren invertir en la República Checa, en Hungría o en Polonia, en lugar de hacerlo en España, Portugal o Italia, por qué nosotos no podemos hacerlo", reflexiona Yoshinobu Nisaka, del Ministerio de Industria y Comercio Internacional (MITI).
Los problemas surgidos en tomo a la retirada de Suzuki de su planta de Linares (Jaén) ha difundido entre buena parte de los empresarios japoneses la imagen de un mercado laboral que ha perdido las ventajas que ofrecía años atrás. Sin embargo, eso no significa que se vaya a producir una desbandada de las inversiones japonesas en España. "Fujitsu está dispuesta a mantener y reforzar la planta de Málaga, puesto que es uno de nuestros puntos de entrada en el mercado europeo", dice Kumano Kenji, uno de los ejecutivos de la firma nipona. Junto a Fujitsu desarrollan sus negocios en España bancos (Banco de Tokio, Dai Ichi, Sanwa, Daiwa), intermediarios financieros (Nomura, Sumitomo, Yamaichi) o empresas de electrónica (Canon, Hitachi) de primer nivel.
Paella en Shima
La imaginación y los recursos para los negocios de los japoneses también han logrado dar la vuelta a esta aparente renuncia a profundizar en España. Han decidido llevársela casi a las antípodas. En las proximidades de Shima (unos 600 kilómetros al sur de Tokio) han levantado un parque de ocio (llamado Parque España) en el que se combinan las reproducciones de monumentos españoles (la Plaza Mayor de Madrid, el Parque Güell de Barcelona, La Giralda de Sevilla, el Acueducto de Segovia o el Museo de Xavier) con atracciones como montañas rusas, tiovivos o concuros de puntería. Todo ello acompañado por un hotel inspirado en la arquitectura andaluza y de varios restaurantes de comida rápida especializados en paella valenciana o callos a la madrileña.
La idea no ha podido ser más brillante a la vista de los resultados. En tan sólo un año -el recinto se inauguró en abril de 1994- han pasado por Parque España cuatro millones de visitantes.
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