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Rusia rearma al Ejército de Tayikistán para combatir a la guerrilla islámica

Rusia accedió ayer a reforzar con urgencia al Ejército de Tayikistán para que este país centroasiático pueda rechazar con éxito los ataques de la oposición islámica, que actúa desde el territorio de Afganistán y que en los últimos días ha causado más de cien bajas, entre muertos y heridos, a las fuerzas gubernamentales. La ayuda rusa consistirá principalmente en armamento. El ministro de Defensa, Pável Grachov, es contrario a aumentar el contingente de soldados rusos, y los mismos tayikos aseguraron que serían sus soldados y no los de Moscú los que combatirían a las fuerzas de la oposición.

Dzhamshed Karímov, primer ministro tayiko, se entrevistó ayer a puerta cerrada con el vicejefe del Gobierno ruso Alexéi Bolshakov, y consiguió que éste prometiera ayuda urgente en armas y municiones para resistir a la ofensiva primaveral de los islamistas. Karímov subrayó la necesidad de reforzar la frontera con Afganistán, por donde penetran los grupos armados de la oposición. Los islamistas, que en coalición con los demócratas llegaron al poder en Dushanbé en mayo de 1992, se vieron obligados, en diciembre del mismo año, a huir al vecino Afganistán después de una sangrienta guerra civil que perdieron frente a los neocomunistas, apoyados por Rusia. Desde entonces se han sucedido los enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y rusas, por una parte, y las islamistas, por otra. En julio de 1993, grupos armados de la oposición atacaron un puesto fronterizo y mataron a 22 soldados rusos, lo que obligó a Moscú a reforzar su contingente militar.

En los últimos días, los islamistas han atacado puestos fronterizos de Tayikistán en la zona del Alto Badajshán, con un saldo de 33 muertos y 73 heridos en las filas gubernamentales. Los rusos, que consideran la frontera tayika como límite exterior de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) y, en última instancia, de Rusia misma, han lanzado varias contraofensivas para detener a las fuerzas de la oposición. Según fuentes de Kabul, aviones rusos bombardearon ,el lunes la ciudad de Madessa, en la provincia afgana de Badajshán, y mataron al menos a cinco personas.

A pesar de los ataques islamistas y de la crítica situación que se ha creado en Tayikistán, la más pobre de las repúblicas que formaban la desaparecida Unión Soviética, el ministro de Defensa ruso se ha mostrado en contra de enviar más soldados a la zona, seguramente por temor a empantanarse en una nueva guerra tras el conflicto de Chechenia.

"No me inclino por aprobar el aumento de las fuerzas rusas de pacificación en Tayikistán. Si eres un Estado independiente, debes utilizar tus propias fuerzas para resolver los problemas internos", declaró ayer Grachov en la ciudad siberiana de Irkutsk. El general ruso opina que "apostar sólo por una solución de fuerza en el conflicto tayiko es algo que no tiene perspectivas".

Sin embargo, el Gobierno de Dushanbé no parece dispuesto a negociar seriamente con la oposición, como de muestra el hecho de que se negó a aplazar las elecciones parlamentarias -celebradas en febrero pasado-, a pesar de que no sólo lo pedía la oposición, sino que también lo re comendaba la ONU, que trata de mediar en el conflicto.

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Tayikistán, además de tener un gran interés geopolítico para Rusia, es un país con enormes riquezas naturales, especialmente uranio y níquel, cuyos yacimientos explota Moscú. Pero el apoyo incondicional al régimen de Dushanbé y su negativa a presionarle para que haga concesiones a la oposición pueden involucrar al Kremlin en una sangrienta guerra de imprevisibles consecuencias.

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