La inflación interanual se dispara al 5,1% y el Gobierno teme que se rompa la moderación salarial

El índice de precios de consumo (IPC) subió el 0,6% el pasado mes de marzo, cifra que sitúa la tasa anual de inflación en un temible 5,1% y la inflación acumulada en el primer trimestre de 1995 en el 2,1%, a 1,4 puntos del objetivo del Gobierno para 1995 (3,5%). Las causas de este pésimo indicador -el cálculo oficial apostaba por un 0,5%, finalmente des bordado, frente al 0,3% de subida en abrid de 1994-, el peor IPC registrado en marzo en la década de los noventa, están en una brusca estampida de los precios de los alimentos, especialmente pollo, patatas y pescado. La tasa de inflación subyacente se mantuvo en 4,8%.

Fuentes autorizadas del Gobierno han trasladado a EL PAÍS su preocupación por el riesgo de una espiral inflacionista si los agentes sociales consideran que la tasa interanual de inflación en marzo es permanente e incorporan el 5,1% a sus peticiones salariales. "El momento es muy delicado , porque están en negociación convenios importantes. Ahora estamos en el punto más alto de la inflación derivada de las subidas de impuestos y de la devaluación, con la mala suerte de que ha aparecido un rebrote coyuntural de los alimentos. Los salarios no deben incluir esta falsa expectativa inflacionista", indicaron dichas fuentes.No obstante, aunque la tendencia inmediata de los precios sea al descenso, y aunque Economía mantiene el objetivo de inflación en el 3,5%, los cálculos internos del Ministerio apuntan a que de inflación será similar a la de 1994. "Será un buen resultado, porque en 1996, al comparar con los precios de 1995 afectados por el IVA, la tasa caerá automáticamente del orden de un punto", explicaron.

En marzo de este año los precios de la alimentación son los responsables del rebrote inflacionista. Subieron el 0,9% (0,1% en marzo del año pasado), con una tasa anual del 6,8%, la más elevada desde agosto de 1994. Resulta que los precios de los alimentos sin elaborar crecieron, el 1,7%, frente al 0,4% de los alimentos elaborados. En concreto, los principales responsables del tropezón inflacionista en marzo son la carne de pollo, cuyo precio subió el 9,1 %; las patatas, que subieron el 2,8%; los aceites y grasas, que aumentaron el 2,7% y el pescado fresco y congelado, que subió el 2,5%.

El hecho de que la responsabilidad de la subida pueda atribuirse en exclusiva a los alimentos sin elaborar hace suponer que es transitoria y derivada de la volatilidad de los precios de los alimentos.

Los precios no alimenticios tuvieron en marzo una evolución normal (0,5%, el 4,4% en tasa anual). El IPC de bienes industriales se mantuvo en el 3,6% anual y los precios de los servicios cayeron 0,1 puntos en términos anuales, del 5,6% al 5,5%.

La moderación salarial es el factor que explica la contención de los precios de los bienes industriales, a pesar del alza de precios de las materias primas, y en los servicios. Los costes laborales están creciendo a un ritmo del 3,5%.

El Ministerio de Economía explica que "existen sólidas razones para esperar un descenso de la tasa de inflación a partir del próximo mes de abril". Las "sólidas razones" se resumen en tres. La primera es que Economía da por concluido en marzo el impacto de la subida del IVA sobre el IPC. Es decir, a partir de abril no habrá efecto impuestos. La segunda es la moderación salarial, que merece reflexión aparte. La tercera es que los "indicadores adelantados", es decir, el índice de Precios Percibidos por los Agricultores y el Índice de Precios de los Alimentos Elaborados muestran que en los, próximos meses los precios de los alimentos descenderán.

Estos argumentos explican que Economía desdramatice los efectos del IPC de marzo "ya que si se descuentan los impactos transitorios del mal comportamiento de los precios de los alimentos (0,6 puntos porcentuales) y de la subida del IVA (0,4 o 0,5 puntos), la tasa de inflación anual se situaría en tomo al 4%, por debajo de la tasa con que acabó el pasado año". El Banco de España considera razonada esta explicación y no considera subidas de tipos de interés por el IPC de marzo. Salvo que la temida espiral, a través de los salarios, se enquiste en los precios. El Secretario de Estado de Economía, Alfredo Pastor, pidió al Banco de España desde Barcelona que "mire la evolución de los precios también en abril o mayo".