Los obispos austriacos piden a Roma que resuelva su crisis eclesiástica
Rebelión de 67curas contra su obispo
Los obispos de Austria apelarán al Vaticano para que intervenga en la crisis eclesiástica desatada por las acusaciones de pedofilia al arzobispo de Viena, Hans Hermann Groer. Los miembros de la Conferencia Episcopal no han logrado encontrar una solución unánime que calme al clero y a la opinión pública del país, indignados por la permanencia del cardenal en el cargo de arzobispo.
Según el periódico Die Presse, la "solución más elegante" sería que el Vaticano nombrara un koadjutor (traducido al castellano quiere decir corregente) al arzobispo, que automáticamente le sucedería cuando el Papa Juan Pablo II haga efectiva la carta-renuncia de Groer, extendida el año pasado cuando cumplió 75 años, como es obligatorio para todos los arzobispos que llegan a esa edad. Los posibles sucesores son, según la misma fuente, el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal, Johann Weber, o el presidente de Cárítas-Austria, monseñor Helmut Schüller.El discurso de los clérigos, cada vez más agresivo, ha incluido la exigencia de 36 sacerdotes de la diócesis de Viena para que se investiguen con urgencia las denuncias de abusos sexuales a menores por su superior. Por su parte, el obispo ultraconservador Kurt Krenn, de la diócesis de San Pölten criticó a dos obispos por recomendar la renuncia de Groer.
Kreen mantiene su incondicional defensa al cardenal y se ha expresado en contra de una investigación interna de la Iglesia. "No se trata de si lo hizo o no lo hizo", dijo Kreen ayer, "él tiene derecho a callar porque en esta situación lo que diga estará acompañado de la crítica de la opinión pública". En un conflicto paralelo, 67 sacerdotes de la diócesis San Pölten anunciaron ayer que no acatarán las órdenes de su superior Kreen, en protesta por el despido de un teólogo de línea más liberal.
El obispo Egon Kapellari, que pidió con anterioridad la renuncia al arzobispo de Viena, apeló indirectamente a una intervención por parte de las autoridades de Roma. "Todo aquél que tiene responsabilidad en la Iglesia es llamado Para acortar este sufrimiento". Mientras, el afectado cardenal Groer, que guarda un obstinado silencio, ha expresado a sus colaboradores más cercanos que él quiere seguir liderando las liturgias de la Semana Santa, incluyendo el lavado de pies a los fieles el jueves en la catedral de San Esteban.
Finalmente, el sacerdote August Wanger, que confesó el lunes haber abusado sexualmente de un discípulo hace 30 años, ha sido confirmado en el cargo por las autoridades eclesiásticas de Salzburgo y ha recibido el apoyo de la comunidad por la honestidad y valentía de su confesión".
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