Agresión

Quisiera informarle, para su denuncia y publicación, los hechos en los que me vi involucrado el pasado 30 de marzo.En el curso de una concentración convocada por el comité de Madrid de Telefónica para rechazar los planes de la dirección de segregación de actividades a filiales fui objeto de una agresión por parte de un miembro de la Policía Nacional, que se supone debería estar allí para defender la ley y el orden. Pues bien, el mencionado sujeto, en lugar de hacerlo, y sin que mediara más razón que su personal incapacidad para refrenar su agresividad, me propinó una patada en los testículos seguida de un puñetazo en el ojo. A continuación, el mencionado agente fue retirado del cordón policial del que formaba parte, de manera que fue imposible su identificación.

Estos hechos y las lesiones que me produjeron las he denunciado por vía judicial, pero además considero imprescindible su denuncia pública, pues son casi habituales, como los trabajadores y trabajadoras que salimos a la calle a defender nuestros derechos conocemos bien. De hecho, en casi todas las manifestaciones públicas donde llega a haber alguna proximidad con la fuerza pública, algún miembro de la misma se cree en el derecho de ejercer la violencia de forma completamente gratuita y desproporcionada contra los ciudadanos. ¡Ya es hora de que aprendan que, al menos desde el fin de la pasada dictadura, el ejercicio de esta violencia por parte de la policía no es ningún derecho, sino que es un delito!, especialmente indigno por la autoridad, las condiciones de superioridad y de anonimato en que la ejercen.

Por otra parte, al tener el triste honor de haber sido marcado durante una reivindicación colectiva, quiero aprovechar para hacerme portavoz de dicha reivindicación.

Pues bien, como he dicho más arriba, unos mil compañeros nos concentramos delante de la sede de Telefónica en la Gran Vía madrileña, y otros muchos en el resto del Estado, para expresar nuestro rechazo a los planes de segregación de actividades que tienen nuestros gestores. Para hacer más sencillos de entender esos proyectos y nuestro rechazo, me referiré sólo al intentó de pasar toda la telefonía móvil a una filial; no obstante, las segregaciones afectan a otras cuatro áreas más de la actividad de Telefónica, implicando en total a unos mil trabajadores.

La telefonía móvil emplea hoy en Telefónica a unas quinientas personas; la dirección, como consecuencia de la licencia para un segundo operador, ha decidido que ese trabajo lo va a hacer a través de una filial, y no oculta que una importante, razón para ello es la de utilizar el personal más barato posible. A los actuales empleados les ofrece el paso voluntario a la filial, eso sí, pasando a las condiciones laborales de la nueva empresa, con lo cual no encuentra más que directivos dispuestos a pasarse, que, todo sea dicho, ascienden y blindan sus contratos.

No obstante, la voluntariedad tiene una segunda cara, pues si no se van se quedan sin el trabajo que hacían, en un momento en el que la dirección, al proyecto de segregaciones, añade otro plan de eliminación de 13.000 empleos en cinco años.

Los que estuvimos en la Gran Vía, y CC OO con ellos, exigimos que ese trabajo se siga haciendo desde Telefónica, conscientes de que si hoy no evitamos esta pérdida de empleos mañana será mucho más dificil evitar la pérdida de los otros 13.000.

Desde el punto de vista de un sindicato como CC OO, no conseguirlo supondría dos problemas: por una parte, presiones y pérdidas de derechos de todo tipo, incluido el propio empleo, para los que trabajamos en Telefónica, pero además es de todo punto inaceptable que en una situación de paro generalizado como la que tenemos en este país, en una empresa como Telefónica, en la que sin duda va a seguir aumentando la actividad y los beneficios, se destruya ese volumen de empleo.-

Comisión Ejecutiva Estatal de CC OO.