Oreja de oro para Mejía

La tersura en la faena de un señor torero como es Manolo Mejía le valió la Oreja de Oro por aclamación popular al terminar el festejo del domingo. Por culpa del aire y la pésima calidad del ganado, excepto los corridos en segundo y tercer lugar, los demás alternantes no tuvieron oportunidad de destacar.

El que abrió plaza, de Martínez Ansira, era codicioso y punteaba pero Mariano Ramos le hizo su tarea con maestría y logró limpios redondos.

Armillita empezó su trasteo al segundo caminándole. Haciendo gala de su técnica y clase deleitó con una artística tanda de derechazos, que avisoraban el triunfo. Pero como la complicada raza del de Xajay requería temple y mando, el de Aguascalientes no quiso pelear.

El tercero fue un atemperado ejemplar de Carranco, al que Manolo Mejía capoteó con valor y aseo. Después pareó con alegría. Con la pañosa realizó una tarea limpia y resplandeciente, dándole siempre la distancia idónea al claro y fijo burel. Con pureza le templó la suave embestida. Los naturales fueron ejecutados con señorío y hubo una tanda por el derecho en que engarzó una dosantina, varios redondos y un cambiado por la espalda rubricado con el forzado de pecho.

En el cuarto, entre el cabeceo del morlaco de De Santiago y que el trabajo de Arturo Gilio no transmitía, pasó desapercibida su lidia.

El quinto, de Saltillo, derribó al picador. Leonardo Benítez lo. banderilleó con acierto. El venezolano alargó su quehacer con la sarga ante el bicharraco, que se escupía y huía del engaño, por lo que fue pitado en el arrastre,

Al peligroso sexto de Garfia, Federico Pizarro le inicio su trasteo de rodillas. Aguantando mucho empalmó pases por la derecha y con tranquilidad interpretó naturales a una res que en varias ocasiones achuchó al diestro.