Los equipos de rescate no encuentran la caja negra del aparato

Los equipos de rescate seguían sin encontrar anoche la caja negra del avión siniestrado. Sus restos se esparcían en un radio de aproximadamente un kilómetro desde el cráter que abrió la parte delantera del aparato al empotrarse contra el suelo, cerca de la estación de ferrocarril de Balotestki, a 20 kilómetros al norte de Bucarest. El avión había llegado de Bangkok antes de emprender su último vuelo.Una delegación del consorcio Airbus, en el que participan Francia, Alemania y España, se trasladó ayer en Bucarest para investigar sobre el terreno las causas del accidente. Los expertos de Airbus contarán, además de con la colaboración de Rumania, con la ayuda de cuatro técnicos de la dirección general de Aviación francesa (DGAC), que también ayer anunciaron su disposición a viajar a Bucarest.

El avión era uno de los tres Airbus A310 que tenía en servicio Tarom. La companía rumana anunció ayer que inmovilizará los otros dos y los sustituirá por Boeing 707. El aparato siniestrado acumulaba 31.000 horas de vuelo en unos 6.220 viajes.

El primer A310 entró en servicio en 1983. Con el accidente de ayer, son tres los A310 siniestrados. El primero se estrelló en Katmandú (Nepal) en 1992 debido al mal tiempo. El segundo accidente ocurrió en 1994, al estrellarse un avión que cubría el vuelo entre Moscú y Hong Kong.