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Guatemala acepta los derechos de sus poblaciones indígenas

Un nuevo capítulo quedó abierto ayer en la historia de Guatemala con el compromiso suscrito por el Gobierno de modificar la Constitución e incluir en ella los derechos de los pueblos indígenas. Y es que la suprema ley de este país centroamericano ignoraba la identidad del 60% de sus diez millones de habitantes: mayas, xincas y garífunas. El documento, ratificado ayer en México, desbloquea además las negociaciones que el Ejecutivo y la guerrilla de la Unión Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) mantienen formalmente desde hace un año para poner fin a más de tres décadas de choques armados.El Acuerdo sobre Identidad y Derechos Indígenas es el fruto de cinco meses de tira y afloja entre los representantes gubernamentales y los dirigentes de la URNG. La población indígena ha sido la carne de cañón en una guerra que ha causado más de 100.000 muertos.

El eje del documento es una reforma constitucional que definirá a Guatemala como "una nación multiétnica, pluricultural y multilingüe". Esto significa, entre otros aspectos, que las principales lenguas indígenas compartirán con el español la categoría de idioma oficial, que se reconocerán jurídicamente las formas de organización de estas comunidades, con sus autoridades y normas consuetudinarias; su derecho a la tenencia colectiva o individual de la tierra, el derecho de los niños a recibir una educación bilingüe y a usar sus trajes tradicionales en los colegios. Las autoridades tipificarán además la discriminación étnica como delito.

Voluntad política

Un ambiente cálido reinaba a mediodía de ayer en la Cancillería mexicana, sede de la ceremonia de la firma. "El acuerdo ha sido posible porque ha habido una voluntad política coherente", comentaba Rodrigo Asturias, comandante Gaspar Ilom, líder guerrillero que, como sus correligionarios, peina canas desde hace años.

"La verdad es que hemos pasado por momentos muy difíciles, la negociación ha sido ardua. Este acuerdo ha dado un ímpetu que las partes quieren preservar", decía Jean Arnault, incansable "moderador" de las Naciones Unidos en las conversaciones. Ayer mismo comenzaban con el siguiente capítulo negociador, referido a la reforma agraria.

Fuentes de la ONU reconocen que intentan acelerar al máximo el calendario negociador con el Gobierno del presidente Ramiro de León Carpio antes de las elecciones generales previstas para el próximo noviembre. Se trata de atar bien todos los cabos ante la eventualidad de que la derecha más. recalcitrante, encabezada por el general Efraín Ríos Montt, ex presidente golpista, llegue al poder. A pesar del apoyo generalizado del Congreso guatemalteco al proceso de paz, "hay, obviamente, una preocupación al respecto", declaró Jean Arnault.

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