Hablar y matar
LAS NOTICIAS de los últimos días aportan por fin una visión bastante clara de la estrategia que el general Liamin Zerual, presidente de Argelia, quiere aplicar en su lucha contra los grupos armados integristas. Al parecer, se trata de una estrategia de doble filo, que da prioridad a la destrucción militar de las guerrillas fundamentalistas. En este orden, son espeluznantes las noticias de miles de muertes causadas por el Gobierno a las guerrillas en regiones próximas a Argel. Pero la forma en que tales noticias han sido publicadas suscita interrogantes. No hay ningún comunicado oficial del Gobierno o del Estado Mayor. Hay que suponer que tales informaciones nunca hubiesen visto la luz de no haber salido de centros oficiales. Pero choca el silencio qué sobre tales hechos han guardado hasta ahora los diversos portavoces de los grupos islamistas radicales.Sin duda se quiere dar la sensación de victorias militares aplastantes. Pero una presentación realista de los hechos exigiría facilitar, al mismo tiempo, cifras de las bajas sufridas por las tropas gubernamentales. Es inimaginable que éstas hayan sido nulas o ínfimas. Las cifras mismas de las pérdidas del enemigo dan idea de verdaderas batallas entre ejércitos casi regulares por ambos lados, algo que nunca había ocurrido antes.
Zerual sigue adelante al mismo tiempo con su iniciativa de abrir un diálogo para preparar las elecciones presidenciales que quiere llevar a cabo antes de fin de año. En ese orden, ha logrado superar la oposición frontal a su proyecto de algunos asistentes a la reunión de Roma. El Frente de Liberación Nacional (FLN) y el Frente de Fuerzas Socialistas (FFS) han decidido participar en las consultas bilaterales que Zerual ha propuesto. Al mismo tiempo, y es quizá el dato más significativo, noticias no oficiales indican que los dos jefes principales del Frente Islámico de Salvación (FIS), Madani y Belhay, ya no están en la cárcel, sino en residencias vigiladas en dos ciudades distintas. Esa excarcelación suscita inevitablemente la idea de que se piensa en preparar ulteriores conversaciones.
En un momento en que los grupos armados de islamismo quieren ganar el máximo protagonismo, buscando incluso desplazar a los líderes políticos, cobra redoblado valor para los que aspiran a una solución política la apertura del diálogo con los líderes civiles del FIS. Los puntos que éstos han aprobado en Roma ofrecen una base concreta para una vía conciliadora que les coloca a una distancia astronómica de lo que hacen los violentos. Si Zerual, a pesar de su negativa a asumir el texto aprobado en Roma, aceptase ahora considerar la negociación con el FIS, sería una novedad seria. En todo caso, es seguro que el FLN y el FFS le presionarán para que supere, su cerrazón contra el FIS. Si su proyecto de elecciones resulta poco creíble en un país sumido en una guerra civil, aún resulta mucho más si se excluye toda forma de participación del FIS.
En todo caso, España, vitalmente interesada en que se frene la guerra civil en Argelia, cuyo suministro energético es tan esencial para nuestra economía, debería aprovechar la ocasión para dar a los sectores políticos de la oposición todas las facilidades de expresión. El retraso en la concesión de un visado a Anuar Haddam, uno de los líderes del FIS, residente en Estados Unidos, para acudir a un coloquio en Córdoba, no parece la medida más inteligente en este sentido.
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