Las tareas del Lobo
En Pulp fiction, la película injustamente relegada ayer en el reparto de los Oscar, un personaje secundario interpretado por el veterano Harvey Keitel saca de apuros a dos matarifes que acaban de cometer un horripilante crimen dentro de un automóvil. Refugiados en casa de un amigo, los asesinos, con los trajes manchados de sangre y salpicados por los sesos de la víctima, se ponen dócilmente en manos de Mr. Wolf, esto es, del Señor Lobo, a fin de salir del atolladero; el experto -"yo soluciono problemas"- les ordena que laven el coche, se duchen, escondan el cadáver en el maletero y se cambien de ropa. Una vez transportados los restos del muerto al depósito de camiones y remolques del Monstruo Joe para hacerlos desaparecer, los agradecidos John Travolta y Samuel Jackson entonan un cumplido elogio de la profesionalidad de su asesor.El filme de Quentin Tarantino no aclara, sin embargo, si la capacidad del Señor Lobo para "solucionar problemas" opera únicamente sobre asuntos delictivos o cubre también tareas legales; en este último caso, tal vez fuese oportuna la contratación de Harvey Keitel para arreglar la descoordinación en que viven los socialistas. La noticia de que las elevadas minutas de los defensores de Vera, Justo y Barrionuevo han sido canceladas con dinero del PSOE, a espaldas de su secretario general y de su secretario de organización, es una buena muestra de ese monumental desbarajuste; dado que el partido socialista se financia de manera abrumadora (en un 85%, según Marugán) con fondos presupuestarios, la utilización de pólvora del rey para dispensar a esos tres afiliados del pago de las facturas presentadas por sus abogados particulares confirma las dimensiones del desconcierto. Las preguntas de Luis Yáñez en la reunión celebrada por el Comité Federal durante el último fin de semana resultan pertinentes: ¿qué criterios viene aplicando el PSOE para hacerse cargo o no de la asistencia letrada de sus militantes (aunque no estén formalmente inculpados, como le sucede a Barrionuevo)?; ¿quiénes se han beneficiado hasta ahora de ese trato de favor?
Mr. Wolf también podría poner cierto orden en la producción normativa de los diferentes departamentos del Gobierno de González. El proyecto del Ministerio de Administraciones Públicas para ampliar a los secretarios de Estado el fuero de los ministros y para extender indefinidamente en el tiempo ese privilegio procesal a los delitos cometidos por unos y por otros en el desempeño de sus funciones ha tropezado con el completo rechazo del titular de Justicia e Interior. Tan aparatosa descoordinación, que los maliciosos consideran una mera argucia táctica para sondear maquiavélicamente las reacciones de la opinión pública, bien podría exigir la colaboración del especialista en solucionar problemas de Pulp fiction.
Sin embargo, la tarea más adecuada para Harvey Keitel sería desgraciadamente ilegal: el encargo de borrar los rastros de las actuaciones delictivas perpetradas por algunos altos cargos socialistas durante estos años. Si las confesiones ante el juez del ex policía Amedo en diciembre de 1994 y el posterior encarcelamiento de Sancristóbal y Vera arrojaron ya sombrías sospechas sobre las responsabilidades de Interior en los veintitantos asesinatos de los GAL, el reciente descubrimiento de que los restos exhumados en Alicante a comienzos de 1985 pueden ser los cadáveres de Lasa y Zabala, dos militantes de ETA desaparecidos en octubre de 1983, dramatiza esas acusaciones. Pero el Señor Lobo no sólo tendría que lavar las sangrientas huellas dejadas por los autores de esos crímenes en la carrocería del Estado; también el estrafalario regreso de Roldán y sus vengativas denuncias contra sus antiguos jefes darían trabajo a Harvey Keitel: porque la falsificación de los papeles de Laos y el reparto de los fondos reservados entre altos cargos de Interior resultan pintiparadas para la intervención de un buen experto en coartadas y blanqueos.
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