Ciudadanos y políticos
En su artículo del pasado día 9 (Una España que no es la nuestra) dice Juan Pablo Fusi: "Esta España de la venalidad, el fraude, la corrupción ( ... ), decididamente no es la nuestra". Me recuerda lo que hace casi un año dijo Corcuera, uno de los que ponían las manos en el fuego por Roldán: "Éste no es el Roldán que yo conocí".Debajo de ese artículo se publica una carta de Juan Pindado, profesor de Ética en Málaga. Lamenta que sus alumnos (de 14 años) estén de acuerdo con la utilización del terrorismo contra los terroristas, y piensen que la ética es inútil.
Termina diciendo que, "si hoy aceptamos el todo vale, nos estaremos cargando no sólo el presente, sino el futuro". Los alumnos se basan en las declaraciones del general Sáenz de Santamaría y de Manuel Fraga. Son inaceptables para un demócrata, pero hay que reconocer su sinceridad. ' Comparto la inquietud del profesor, y por eso no estoy de acuerdo con Fusi cuando dice que "la España real no se merece su actual España oficial".
La corrupción no es específica de España; está en todos los países. Y no son sólo Conde, Rubio, Guerra, Amedo, Vera, .Roldán, etcétera. Todos somos corruptos. Ningún operario puede hacer un trabajo en un edificio de. comunidad sin pagar la correspondiente comisión al conserje y al administrador. Lo mismo sucede con las compras y contratos en las reparticiones públicas, desde el más modesto ayuntamiento. Casi todos los trabajadores se ocupan de sus asuntos personales, del bocadillo, charlas telefónicas, etcétera, con más dedicación que a su trabajo específico. Todo el que puede elude pagar impuestos ("¿con IVA o sin IVA?") etcétera. Vivimos en la era de la sociedad corrupta.
La producción privada suministra con éxito toda clase de bienes. Pero, para que pueda seguir haciéndolo, se necesitan caminos, aparcamientos, seguridad ciudadana, más y mejor instrucción, sanidad, etcétera. Sólo el Estado puede suministrar estos servicios. Para ello necesita dinero, que obtiene de los impuestos. Pero cuanto más dinero tiene el Estado, hay más corruptores y corruptos.
Creo que éste es el tema que deberíamos debatir todos los ciudadanos, pues lamentablemente no se soluciona sólo con elecciones: la corrupción y la estupidez no son de izquierdas ni de derechas. Son características de los seres humanos. Quizá los males de los políticos se irán superando en la medida en que todos los ciudadanos nos vayamos transformando en políticos.-
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