La colocación de más muebles urbanos continúa estrechando las calles de la capital

La colocación progresiva de los 1.572 nuevos muebles urbanos en Madrid continúa estrechando día a día las calles de la ciudad. Concebidos como soporte publicitario -Cemumasa pagó 2.400 millones al Ayuntamiento a cambio de explotar luego estos espacios para anuncios durante 15 años-, han sido situados en lugares donde el mensaje no pueda pasar inadvertido: los peatones se topan necesariamente con él y han de sortearlo.

Caminar por las aceras se ha hecho así algo más dificultoso, y los recorridos aumentan de extensión debido a los obligatorios trazados en eslalon. La colocación de este mobiliario urbano -en el que no se han incluido bancos- durará hasta mediados de abril, y los soportes publicitarios proporcionarán a la empresa concesionaria que ganó el concurso municipal un negocio de entre 10.000 y 20.000 millones de pesetas.Generalmente, los carteles anunciadores o los nuevos recipientes para la recogida de pilas no han sido situados de forma paralela a los bordillos de las aceras y junto a ellos -de ese modo no dificultarían el caminar de los peatones-, sino de frente a la marcha lógica de quienes anden por la calle.

Los nuevos muebles que decoran las calles de Madrid han levantado también las iras del grupo municipal socialista, además de contar con la animadversión de vecinos, comerciantes, arquitectos y diseñadores (véase EL PAÍS del domingo). El PSOE pidió ayer la retirada parcial y la redistribución de lo que considera "artefactos" y "chirimbolos agresivos e inútiles".

Pero el alcalde de la capital, José María Álvarez del Manzano, del PP, defendió ayer la permanencia de estos muebles.

El portavoz socialista, Juan Barranco, criticó que las columnas y contenedores de vidrio y pilas incluyan carteles que suman 6.700 metros cuadrados de publicidad. Barranco califica la frase que figura en los carteles del mobiliario urbano -"Madrid, mejor cada día"- como un insulto contra la inteligencia de los ciudadanos; afirma que va contra la realidad y se pregunta si va a computar como propaganda electoral del Partido Popular.

Además, el PSOE asegura que las columnas superan el espacio que el pliego de condiciones del concurso de mobiliario urbano otorgaba para colocar la publicidad (4,38 metros cada una, frente a los 2,5 permitidos). La empresa instaladora, Cemumasa, aseguró que la ordenanza de mobiliario urbano permite una ocupación mayor en casos excepcionales.

El PSOE solicita que el equipo de gobierno realice una encuesta entre los madrileños para conocer su opinión sobre los lugares más idóneos para colocarlos. Según Barranco, la empresa instaladora ha elegido los lugares que más se ven para colocar sus artilugios, "que son también los lugares donde más molestan y donde la aglomeración del público es mayor".

El alcalde, José María Alvarez del Manzano, asegura por su parte que "la generalidad de los madrileños están muy contentos" con los nuevos muebles, y anuncia que no los retirará, informa Efe. El alcalde recordó que al concurso concurrieron "Ias mejores firmas europeas" del mercado y que, finalmente, resultó adjudicataria la empresa franco-española Cemumasa. "Fue seleccionada por los técnicos, creo que acertadamente, con independencia de que mi criterio no era ése", admitió.

El alcalde añadió: "Las críticas del PSOE obedecen a su deseo de que hagamos lo que ellos hicieron durante los 10 años en que gobernaron Madrid: nada; y así dejaron la ciudad. Lo que ocurre es que las cosas que hacemos nosotros se ven, y el PSOE se inquieta".

ÁIvarez del Manzano no descartó el empleo de estos elementos como soportes de propaganda electoral en los comicios de mayo, siempre y cuando lo autorice así la Junta Electoral. Barranco precisamente había explicado que el PP ya los utiliza como tales soportes de partido con su frase "Madrid, cada día mejor".

Las fotografías de este reportaje son parte de un trabajo de María Siguero, lectora de EL PAÍS, que las ha remitido a la Redacción.