Moscú considera un "asunto interno" de Ucrania la crisis de Crimea
El primer vicejefe del Gobierno ruso, Oleg Soskovets, llegó ayer a Kiev, la capital de Ucrania, a pesar de la crisis desatada por la abolición de la Constitución y del puesto de presidente de Crimea y de los llamamientos hechos tanto desde esa península como en Moscú para que el viaje fuera aplazado. Soskovets debe preparar la visita a Ucrania del presidente ruso, Boris Yeltsin, y firmar hoy una serie de acuerdos con las autoridades de Kiev.
"No he venido a Kiev para discutir los problemas de Crimea. Eso es un asunto interno de Ucrania", declaro Soskovets, en el aeropuerto de la capital ucrania, agregando que las decisiones que el Parlamento tomo con respecto a Crimea no deberían obstaculizar el proceso negociador entre Moscú y Kiev.
Sin embargo, Crimea ha pedido a Rusia que no firme el tratado de amistad sin que se tomen en cuenta los intereses de los habitantes de la península y de los marineros de la Flota del Mar Negro, emplazada allí.
También en este sentido se pronunció el diputado Konstantín Zatulin, presidente de la comisión parlamentaria encargada de defender los intereses de los rusos en el extranjero. "No creo que en la actual situación se pueda firmar el tratado ruso-ucranio". El diputado también criticó a Soskovets por haber ido a Kiev, y opinó que éste debía ser destituido como jefe de la delegación negociadora con Ucrania, entre otras cosas, por haber rubricado a principios de febrero un acuerdo en el que, sin, facultades para ello, se habían modificado las posiciones anteriormente concertadas.
Importantes concesiones
En aquel documento, Moscú hacía por lo menos dos importantes concesiones: renunciaba a exigir que se permitiera la doble nacionalidad a los rusos en Ucrania y se mostraba de acuerdo con que tanto la flota rusa como la ucrania se basaran en el mismo puerto de Sebastopol. Posteriormente, Moscú dio marcha atrás y ahora trata de renegociar estos y otros puntos con Kiev.
Mientras tanto, en Sinferópol, la capital de Crimea, Yuri Meshkov -el presidente que ha visto eliminado su puesto- declaró ayer que las resoluciones del Legislativo ucranio crean un peligro para la misma Ucrania, ya que "marcan el paso de la toma de decisiones basadas en la ley al reconocimiento de la prioridad de la fuerza".
Las decisiones de los diputados ucranios, tomadas con el total apoyo del presidente Leonid Kuchma, pillaron por sorpresa a las autoridades de Crimea. Los habitantes de esta península -rusos en sus dos terceras partes- votaron mayoritariamente por Kuchma en las elecciones, ya que éste abogaba por dar al idioma ruso el rango de lengua estatal, por permitir la doble nacionalidad a los rusos y por basar en acuerdos bilaterales las relaciones entre Kiev y Sinferópol. Ahora sienten que Kuchma les ha traicionado.
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