_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Copenhague

"La Conferencia más canalla de estos tiempos", como dice Haro. "Se prospecta una especie de frente popular de todas las personas justas y razonables -escribía Adorno aludiendo a las películas de message-, y el espíritu práctico del message, al demostrarnos lo fácil que sería mejorar las cosas, pacta con el sistema a través de la ficción de que un sujeto social colectivo, que hoy ni siquiera existe en cuanto tal, podría arreglarlo todo con tan sólo reunirse en cada trance y terminar con la raíz del mal". Pues bien, esto que disculpamos en la naïveté de un guionista o de una asociación pía "Por un mundo mejor" se vuelve literalmente canalla en una organización como la ONU, que ya lo sabe todo sobre el mundo y cuáles son las fuerzas que lo aherrojan y lo determinan. Rafael Díaz Salazar (El País, 6-3-95) denuncia la mudez de Copenhague sobre el "Dividendo de la Paz", ese embeleco ideológico, no menos canalla, de que el fin de la Guerra Fría propiciaría la liberación de inmensos capitales para las necesidades vitales de los hombres, como si 40 años de fomento, inversión, investigación y desarrollo de la industria de armamento y de expansión mundial de su comercio no fuesen ya una condena casi sobrehumanamente irreversible. para la economía de los países productores, al convertir cualquier intento relevante de reconversión a producciones más benéficas (con el correspondiente abandono de un mercado cuya virtud es crecer en realimentación positiva permanente, a cambio de otros todavía en gran parte inexistentes y con expectativas tan difusas como difícilmente calculables) en una opción con un grado de riesgo prohibitivo para un empresariado sometido a tal velocidad de competencia que cualquier cambio que exija una cierta medida de desaceleración del ritmo medio de reciclaje lucrativo no es más que una garantía de perdición. ¡Copenhague, comedia de message, ficción canalla!

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_