Por respeto y profesionalidad
Nunca me ha parecido conveniente opinar sobre la calidad y el contenido de programas que se emiten en los diferentes canales de televisión mientras sea conductora de uno de ellos: por respeto y profesionalidad, siempre he creído mejor mantener silencio. Tampoco me parece adecuado manifestar públicamente mi desacuerdo con ciertos críticos de televisión que opinan no de forma constructiva sobre Luz roja, sobre todo cuando sus críticas o comentarios ponen de manifiesto que nunca lo han visto.Ahora, también por respeto a mí trabajo y por una virtud pública llamada profesionalidad, he decidido lo contrario: manifestar la absoluta falta de responsabilidad de algunos directivos de empresas, y en concreto del director general de Productos Pascual, don Ricardo Oñate, cuando íntegra el pro grama Luz roja dentro de aquellos con alto contenido violento y se xual. Le recuerdo al señor Oñate, así como a otros directivos de empresas anunciantes, que Luz roja ha emitido temas como trastornos alimentarios, drogas, juego patológico, alcoholismo, sida, depresión, racismo y xenofobia, problemas en la vejez, sectas o ansiedad, y, asimismo, emitirá otros temas, como el curanderismo, la paternidad responsable, enfermedades mentales o la soledad, orientados siempre hacia la prevención y el servicio público. También le hago saber la inclusión de diversos programas de Luz roja en la enseñanza de Instituciones docentes extranjeras y, además, en la Facultad de Psicología de la Universidad de Salamanca, la Facultad de Pedagogía de la Universidad Central de Barcelona o en colegios como Nuestra Señora del Recuerdo de Madrid. No estoy segura de que todos los programas de televisión se hagan con profesionalidad. Tampoco estoy segura de que algunos críticos de televisión observen con profesionalidad los programas que emiten. De lo que sí estoy segura, señor Oñate, es de que usted no es un profesional y además nunca ha visto Luz roja.-
