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CONFLICTO PESQUERO

Los armadores temen que otros países amplíen las 200 millas

V. M. Los armadores de barcos congeladores españoles que operan en todo el mundo -representan una parte muy importante de los desembarcos totales de la flota española, especialmente en atún, pez espada, merluza, mariscos y cefalópodos-, han planteado sus temores ante la posibilidad de que otros países se sumen a la iniciativa unilateral de la Administración canadiense de actuar por la fuerza en aguas fuera de su jurisdicción.

De los casi 1.200 barcos españoles que faenan en caladeros exteriores a la Unión Europea, un amplio colectivo lo hace vía acuerdos bilaterales entre esos Estados y la Unión Europea. En este caso estarían los 700 barcos que operan en el caladero sahariano-marroquí, más de 80 en Mauritania, 55 en Senegal, 28 en Costa de Marfil, 25 en Angola y cifras más bajas en otros puntos. Pero otro número también importante de barcos se halla faenando en aguas fuera de las 200 millas donde existen importantes posibilidades de pesca en especies como el pez espada, atún, merluza o los cefalópodos. Estos barcos se hallan en Brasil, Argentina, países del golfo de Guinea, Angola, Madagascar o Chile.

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En medios del sector pesquero se teme que la actuación de Canadá suponga el punto de partida de un proceso como el iniciado en los años setenta y que culminó con el reconocimiento en el derecho del mar de la extensión de las aguas jurisdiccionales a las 200 millas. En este momento, la actitud de fuerza de Canadá no ha sido motivo de sorpresa ya que sus representantes, alegando razones ecológicas y de mantenimiento de las especies, ya se han manifestado en esta línea en los últimos años en diferentes foros internacionales. Frente a la actitud canadiense de ampliar las aguas jurisdiccionales, España apoya en los mismos organismos internacionales el funcionamiento de un código de pesca responsable y mayores controles para evitar que se esquilmen los mares en aguas libres, como están haciendo algunas flotas.

De acuerdo con estos temores, para los armadores españoles de buques congeladores es fundamental que la Unión Europea adopte una posición de extrema firmeza contra la acción ilegal de Canadá, que se obligue a ese país a la derogación de la actual Ley de Pesca en contra de la legalidad internacional y que se vuelva a la normalidad en los caladeros NAFO. Los armadores temen que no haya una posición firme de rechazo de Bruselas a la acción de Canadá por culpa de los intereses económicos de Alemania, Reino Unido, Holanda y Francia.

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