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Entrevista:

"No veo a González ordenando los crímenes de los GAL

Firme detractor de los fondos reservados -"yo siempre decía que eran fondos para delinquir"-, Juan María Bandrés ejercerá la acusación particular en el caso GAL. Asegura que acusárá a quien tenga que hacerlo, pero no actuará "'enloquecidamente".

Luis R. Aizpeolea

Juan María Bandrés, 62 años, acaba de salir de una grave operación de coronarias con bríos. Se persona como acusación particular en el sumario de los GAL. El martes firmó el compromiso como representante de la familia García Goena, el último asesinado de los Grupos Antiterroristas de Liberación en junio de 1987. Su alejamiento de la vida pública no ha durado un año. En julio de 1994 dejaba su escaño en el Parlamento Europeo, su último compromiso político. Detrás quedan muchos años de defensor de los presos de ETA en la etapa franquista y una rica vida política como diputado, senador y presidente de Euskadiko Ezkerra.

Pregunta. ¿Por qué se ha personado como acusación particular en el sumario de los GAL?

Respuesta. Porque me lo ha pedido la familia García Goena. Actúo en nombre de una viuda y sus tres hijas. Me parece patético que el último muerto de los GAL ni siquiera haya cobrado la indemnización de víctimas del terrorismo porque no murió en España. Pretendo que en este juicio se consiga aclarar que García Goena fue una víctima de las acciones de los GAL y que el Estado se haga subsidiario. Pero también tengo un interés profesional en estar presente en el sumario más importante del momento.

P. ¿No cree que su personación en el sumario puede disgustar a los socialistas, con quienes compartió militancia un par de años?

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R. Espero que. los socialistas entiendan mi derecho a ejercer la defensa. Quiero añadir que no seré un acusador ciego. Al acusador no le está permitido todo. Sólo acusaré hacerlo.

P. En diciembre de 1985, usted decía que echaba de menos una investigación rigurosa del Ministerio del Interior para esclarecer qué era el GAL, a quién obedecía y quién lo financiaba. A continuación, se preguntaba usted: ¿Qué pensamos en Euskadi? Que es un aparato organizado por el Gobierno. ¿Precisaría ahora esta opinión?

R. Desgraciadamente no tengo que Variarla mucho, En Euskadi sabíamos que tras los GAL estaban los aparatos del Estado. Lo que no sabíamos era en qué lugar del escalafón se tomaban las decisiones. Mi segunda opinión es que los GAL beneficiaban a ETA porque esta organización se ha alimentado siempre de la represión. Lo que ahora tienen que, dilucidar los jueces es dónde se dio el visto bueno a este tremendo error político, además de grave infracción moral.

P. ¿Quién puede ser el señor X?

R. No cometeré la torpeza que han cometido algunos políticos de señalar con el dedo, cuando el asunto lo están investigando los jueces. No creo que detrás esté Felipe González. No me dejo cegar tampoco por mi amistad. Otra cosa son las responsabilidades políticas. Un presidente del Gobierno es responsable de casi todo lo que pasa. Pero de ahí a ser el responsable jurídico y moral existe una diferencia abismal. No veo a Felipe González ordenando los crímenes de los GAL.

P. ¿Qué crédito le merecen las inculpaciones de Amedo y Domínguez?

R. Tengo una opinión pésima de estos dos sujetos. Cualquier hampón me merece el mismo respeto que ellos. No creo que en un ataque de altruismo se hayan convertido en los grandes servidores de la sociedad. Me atrevo a decir que si un día le dijeron al juez que tenían 200 millones a su disposición en Suiza, "para mantener el altruismo" probablemente otro sujeto les ha ofrecido 400. También es verdad que desde la perspectiva puramente procesal, la declaración de estas personas da pie a iniciar una investigación. Pero sus pruebas son muy endebles y deterioradas por proceder de quien proceden. Ahora son unos angelitos y todo lo hicieron los demás. Saben que no van a ser condenados. Gozan de un amparo del que no gozan los demás. Han pagado una pena leve por sus condenas. Su declaración no tiene más valor que iniciar una línea de investigación. Ante un tribunal de derech6, la simple declaración de Amedo y Domínguez iría al cesto de los papeles.

P. ¿Qué le parece que Rafael Vera esté en la cárcel y Amedo en libertad, tomando' copas?

R. Es un escándalo. Para mí y para mucha gente. Si funciona el principio de inocencia, tendría que funcionar para Rafael Vera y no para Amedo, que ya está condenado.

P. La oposición política al Gobierno ha hecho de la denuncia de los GAL una bandera en estos momentos. ¿Qué opinión le merece a usted que fue uno de los principales denunciantes de la trama cuando ésta ejercía sus funciones criminales?

R. El GAL tuvo una comprensión social. Un diputado me dijo entonces que cuando iba a su circunscripción, la gente le decía ¡qué, bien lo estamos haciendo! Había una aceptación social. Estoy estupefacto de la hipocresía del PP. Cuando el GAL actuaba, sólo levantábamos la voz Azkárraga, alguno de IU y yo. El PP estaba en un silencio cómplice. Ahora pone el grito en el cielo por razones electoralistas. No me parece honrado.

P. ¿Qué le parece que el juez Garzón retome el caso GAL tras haber ejercido como alto cargo de Interior?

R. Tengo una buena impresión del juez Garzón. Como todos los jueces, toma decisiones criticables. Pero está haciendo lo que está obligado a hacer. Yo creo que ningún juez en España es capaz de meter en la cárcel a Vera, Sancristóbal o gente de ese calibre sin tener una certeza moral de que está ejerciendo una acción jurídicamente irreprochable. Una decisión tan estruendosa no la toma ningún juez a la ligera. Si Garzón hubiese tenido acceso, en su paso por Interior, a elementos de su actual investigación judicial, le creo lo suficientemente honrado como para abstenerse. No creo que esté movido por el despecho.

P. ¿Debe existir un mayor control sobre los jueces?

R. Antes se metía a los más desgraciados en la cárcel sin que nadie protestara., Ahora cuando entran altos cargos se cuestiona si un juez puede tomar una decisión tan grave. Los mecanismos pueden mejorarse. En Francia no toma una decisión así sólo el juez de instrucción. Se colectiviza. Los jueces tienen su ideología. Ahí está el señor Manzanares para manifestarlo.

P. ¿Cree en la teoría de la conspiración que denunció Sancristóbal? ¿Hay un señor Z?

R. Al defensor se le puede dejar decir lo que quiera. Sonrío a lo sumo, pero no me indigno cuando se buscan argumentos defensivos como sea. No creo en una conspiración en la que esté metido el juez Garzón para derribar a Felipe González.

P. El juez Ventura Pérez Mariño fue obligado a dejar su escaño por pedir a González que dimitiera y adelantara las elecciones. El juez Belloch se compromete más con el Gobierno. ¿Con qué actitud, política se queda?

R. Los dos son muy amigos míos. Hablo mucho con ambos. La posición de Pérez Mariño es leal y sincera. Yo sabía" antes de su estruendosa rueda de prensa, que había planteado a Felipe González que lo mejor para España y el PSOE es que cediera la presidencia a un segundo y que en 1996 convocara elecciones. Y limpiamente renunció al escaño. Respeto su actitud.

P. ¿Y al ministro Belloch?

R. Le considero absolutamente honorable. Cuando asumió la cartera de Interior lo hizo por necesidades del guión. Felipe se la cedió al hombre que tenía la máxima credibilidad para ejercerla. Lo que ya hacía como una hormiga en Justicia quería rematarlo con una tarea de limpieza en Interior: poner en orden una casa absolutamente caótica. Está cumpliendo lo que dijo, esto es, las tres o cuatro cosas necesarias de las que no tendrá nunca que arrepentirse. La gente se ha quedado sólo con la defensa que hizo de Felipe González en el Parlamento. ¿Cuándo el Ministerio del Interior ha enviado a una juez un dossier en el que se empapela a un general de la Guardia Civil? No tiene precedentes en la historia de España y lo ha hecho Belloch y su secretaria de Estado Margarita Robles. Tiene dos mujeres admirables a su alrededor. Está haciendo una gran labor sin meter ruido.

P. Parece que la trama Roldán tiene vinculaciones en el aparato del Estado. ¿Va a poder Belloch acabar con ella?

R. El trabajo de Belloch es dificilísimo. Había gentes que funcionaban en ese ministerio en función de sus conexiones con HB. Vivían de las rentas de las conversaciones de Argel, que al final sólo sirvieron para que ETA arreciara en sus atentados. Belloch los ha retirado del escenario. Pero hay otras tramas más complejas y ocultas. No sé si podrá con ellas. No dudo de su buena fe y su deseo de acertar. He sido invitado a la comida de la cúpula del ministerio los jueves. Salí maravillado del funcionamiento democrático del equipo de Belloch. Ha conseguido crear un gran equipo muy homogéneo, serio, capaz e inteligente. Salí de la reunión con la impresión de que estábamos en buenas manos.

P. ¿Se puede acabar con la corrupción en la Administración?

R. Es posible que sea imposible e inalcanzable. Pero a mí lo que me consta es que González no le puso ningún límite a Belloch. Dice mucho en favor de Felipe González. Si estuviera enredado, como dicen algunos, en tramas inconfesables no hubiera encargado a Belloch acabar con la corrupción.

P. ¿Qué crédito le merecen las inculpaciones de Róldán?

R. En este país podemos pasar al Guinnes. Pensar que Roldán se presenta como acusador particular de Barrionuevo es que se ha perdido el sentido de la proporción. Es patético lo de Roldán. Lo que debiera hacer es sentarse quieto en el banquillo. Su papel no es la acusación. Igual que en el caso de Amedo, la simple declaración de este sinvergüenza no puede constituir una pieza fundamental, aunque sirva para abrir una investigación.

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