El Gobierno mexicano espera la respuesta los zapatistas para inciar el diálogo

Las condiciones para el diálogo entre el Gobierno mexicano y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) están ya dadas. Esto es lo que piensan, con algún que otro matiz, las autoridades, los partidos políticos y los mediadores. Ahora sólo falta saber qué dice la guerrilla del sureño Estado de Chiapas. El Ejército mexicano comenzó ayer ¡a trasladarse fuera de los pueblos de la selva Lacandona y a levantar los retenes instalados en los caminos. Mientras, los efectivos de la Procuraduría mexicana abandonaron la zona como demostración de que la búsqueda de los dirigentes zapatistas se ha suspendido.

La medida, anunciada por el Gobierno en la tarde del martes para "normalizar" la situación en la zona, es el último eslabón de una cadena trenzada cuidadosamente por el presidente Ernesto Zedillo quien, tras desenmascarar en febrero a la dirección del EZLN y poner bajo control militar el antiguo territorio zapatista, se lanzó de lleno por la senda de la paz con una iniciativa de diálogo.La Ley para el Diálogo en Chiapas, redactada por una comisión pluripartidista y aprobada por el Congreso mexicano el pasado día 7, ha dado paso, en primera instancia, a la suspensión del proceso legal y de las órdenes de detención dictadas contra el subcomandante Marcos y otros líderes de la guerrilla. Si comienzan las negociaciones, la medida, que ahora tiene un plazo de un mes, se tornará indefinida. Será entonces también cuando el Congreso de luz verde a la ley de amnistía prevista en la iniciativa. presidencial.

Los efectivos de la Procuraduría General de la República (PGR) destacados en la selva Lacandona para, en principio, cumplir las órdenes de arresto de la dirigencia zapatista comenzaron a regresar a sus bases. Éste fue precisamente el argumento empleado por el Ejército para entrar en el área el pasado 9 de febrero, como escolta de los miembros de la PGR. Los agentes mantenían vigilados cerca de 150 poblados de la zona.Optimismo

Ahora, con la Salida de los efectivos policiales y con la virtual retirada de los soldados del paisaje cotidiano, el Gobierno espera acelerar los pasos hacia la negociación. El optimismo reina en todos los sectores implicados, aunque ninguno echa las campanas al vuelo y, menos que nadie, la Comisión Nacional de Intermedíación (Conaí), un grupo variopinto de personalidades que encabeza el obispo de San Cristóbal de las Casas, Samuel Ruiz, y que es la única instancia que la guerrilla zapatista acepta como mediadora. "Valoramos la importancia de estas medidas, pero aún no sabemos si serán suficientes", comentaba uno de los integrantes. "La ley para el diálogo es un avance importante, pero no genera automáticamente todas las condiciones de paz que se necesitan".

Precisamente el martes por la tarde, los miembros de la Conai presentaron los puntos que el Ejército Zapatista quiere discutir con el Gobierno federal al secretario de Gobernación, Esteban Moctezuma, y a los legisladores que integran la Comisión de la Concordia, nacida el martes para, según estipula la ley para el diálogo, ayudar en el proceso negociador.

Según afirmaron algunos legisladores, la petición del EZLN fue aceptada: el Gobierno no ha hecho ascos a incluir en la agenda del diálogo la reforma electoral, la reforma agraria, la autonomía indígena, la reforma del Estado, la Justicia y el Desarrollo. Las autoridades de la anterior Administración habían rechazado tratar con la guerrilla cuestiones de política nacional en los conatos de negociación que se dieron el año pasado. Actualmente, y con el proceso (le reformas previsto por el Gobierno de Ernesto Zedíllo, estos puntos resultan menos espinosos.

.Ayer, la Conai y la Comisión de la Concordia se desplazaron a Chiapas para trabajar en la agenda y en el lugar de la negociación, que deberá ser aceptado por el Gobierno y los zapatistas. Los , senadores integrantes de la Comisión, Heberto Castillo, del Partido de la Revolución Democrática (PRD), y Luis Felipe Bravo Mena, del Partido de Acción Nacional (PAN), dijeron que están creadas las condiciones para llegar a acuerdos para una paz estable en Chiapas.