Chopos emparedados

Grúas, excavadoras, camiones y hormigoneras acorralan desde hace semanas a los árboles de la plaza de Oriente. El cemento ya cercena, emparedándolas, el crecimiento de las raíces de algunos; otros nunca volverán a ver la fachada del Palacio Real de Madrid.Los vecinos de este rincón privilegiado se han quejado de que las obras que enterrarán el tráfico de la calle de Bailén y dotarán al barrio con un aparcamiento subterráneo para 470 coches en forma de herradura (rodeando los históricos parterres) ya se han cobrado sus primeras víctimas vegetales. Cuatro chopos de gran porte y varias décadas de vida ya han desaparecido. Ni sus tocones mojonan su ubicación.

La fila formada por 17 chopos que bordean los jardines del Cabo Noval (a la izquierda de la fotografía) tienen sus raíces emparedadas y han sufrido la amputación de parte de sus ramas. José Luis Mato, director del servicio de Aguas y Parques del Ayuntamiento, asegura que las pantallas de hormigón del aparcamiento ("se han excavado a 110 centímetros del tronco", alegó) no afectarán a la supervivencia de los árboles. La poda estaba prescrita: "Se ha realizado para mantener el equilibrio entre la masa radicular, que alimenta al árbol, y la masa de la copa", explicó ayer Mato.