Las autoridades educativas neoyorquinas crean la 'tarjeta de resultados'

El consejero de Educación, Ramon Cortines, ha creado unas tarjetas de resultados en los institutos de enseñanzas medias de Nueva York con el fin de mostrar a los padres lo que están haciendo los centros en el campo de la evaluación, las notas obtenidas por los alumnos y las fórmulas esgrimidas para atraer a los profesores. Las escuelas de primaria vivieron la experiencia con anterioridad.Los primeros informes, practicados entre 121 de los 167 institutos de bachillerato, se refieren al curso escolar 1993/94.

Los padres reciben la información que concierne al lugar donde estudian sus hijos y esto les permite conocer el nivel de la escuela o instituto pero sin intención de comparar unos centros con otros. Lo que no impide que los padres tiendan a la comparación y que se ponga de manifiesto que hay unos centros más aptos que otros. Por ejemplo, el que mejor parado salió en cuanto a los resultados de los test orales fue el de enseñanza media de Stuyvesant en Manhattan, seguido muy de cerca por el instituto de ciencias, en el Bronx, y por el de Townsend Harris de Queens.

Por otra parte, y con el fin de parar la creciente violencia en las escuelas neoyorquinas, Cortines, está considerando una nueva política disciplinaria que permitiría expulsar de la escuela a los jóvenes portadores de armas durante un año e internar a los mayores con comportamientos delictivos en escuelas disciplinarias que serán abiertas el próximo otoño.

Además, será homogeneizada la política de castigos sin por ello quitar a los estudiantes la posibilidad de defenderse en los cinco días de haber cometido un acto de violencia. Los estudiantes de escuelas especiales serán tratados por el mismo rasero que los de las escuelas normales si su conducta les lleva, por ejemplo, a utilizar un arma de una forma que no tiene relación con el motivo que les llevó a un centro especial.

Por el momento, sólo es un proyecto en manos del consejero de Educación y del alcalde de Nueva York, ambos preocupados por el crecimiento de la violencia escolar.

Los sindicatos de profesores quieren mano dura con estos alumnos y les parece demasiado blanda la política actual que castiga con una expulsión de una semana a los jóvenes que llevan armas y que creen que llevar una navaja en el bolsillo no conlleva ningún peligro.