La mayoría absoluta de los ciudadanos quiere elecciones anticipadas

La mayoría absoluta de la ciudadanía (el 52%, frente al 36% hace sólo tres meses) se muestra partidaria de una convocatoria anticipada de elecciones, aunque al mismo tiempo se muestre escéptica sobre el efecto positivo de dicha medida. En efecto, si bien el 42% cree que la convocatoria de elecciones contribuiría mucho o bastante a mejorar la situación política actual, el 47% cree que contribuiría poco o nada.La mayoritaria petición de elecciones anticipadas quizá simboliza el anhelo de una solución rápida y radical a la actual situación, compatible con un básico escepticismo acerca de las virtudes curativas reales del recurso a las urnas. Como en otro lugar se indica, una clara mayoría (54%) piensa en todo caso que las elecciones las ganaría José María Aznar, frente al 23% que espera que las vuelva a ganar Felipe González. El PP, como en el barómetro anterior, se mantiene a 7 puntos de distancia del PSOE.

El clima general de opinión registra en España, a lo largo del último trimestre, un auténtico desplome. La desorientación,, el pesimismo y el cansancio ante la acumulación de escándalos constituyen la tónica dominante.

Pero este tono vital colectivo se traduce paradójicamente en tasas similares de desapego y desafección respecto de Gobierno y oposición: el desgaste del primero no se traduce en un ascenso más o menos proporcional de la segunda. La intención de voto refleja la misma ventaja a favor del Partido Popular que hace tres meses, al tiempo que se erosiona su imagen.

Para tres de cada cuatro españoles (73%) la situación económica de España es mala o muy mala: hace sólo tres meses daba esa misma respuesta el 6,1%. La idea de que la crisis económica pueda no haber tocado aún fondo vuelve a dispararse: la manifiesta un 72% (frente al 62% hace tres meses y el 57% en octubre de 1994). La incipiente pauta de mejora en la percepción de la si tuación de la economía queda así abruptamente quebrada.

Mayor espectacularidad aún presenta el cambio en la evaluación de la situación política: ésta es definida como mala o muy mala por un espectacular 75%, el porcentaje más elevado jamás registrado en nuestro país desde que se dispone de datos al respecto. En el Barómetro de Invierno de 1994 este porcentaje era el 61%.

En este contexto, no obstante, el Partido Popular no aprovecha en términos de imagen la situación existente. Más bien parece experimentar un cierto desgaste.

En comparación con el Barómetro de Invierno de 1994 aumentan algo, en efecto, las proporciones de españoles que piensan que los populares realizan una oposición totalmente destructiva, sin alternativas de gobierno (pasa del 45% al 5 1 %), y que opinan que se limita a criticar la política económica del Gobierno sin presentar alternativas (pasa del 51% al 58%). De este barómetro se desprende que ha calado de manera notable la idea de que el Partido Popular no presenta a la opinión pública sus propuestas.

Por otra parte, sólo el 26% de los españoles opina que tal y como está ahora España, el PP podría gobernar mejor que el PSOE; el 25% cree que lo haría mejor el PSOE, y el 24% que ninguno lo haría mejor que el otro.