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CRISIS MONETARIA INTERNACIONAL

Los analistas temen que la devaluación sea sólo una medida provisional

La devaluación de la peseta decidida la pasada madrugada despertó ayer entre algunos catedráticos y analistas un consenso a media voz. La medida, se temen la mayoría de ellos, será solamente provisional y, en cualquier caso, pone en evidencia no sólo las dificultades que España tendrá para acceder a la Unión Económica y Monetaria (UEM), sino incluso la propia pervivencia del Sistema Monetario Europeo (SME), tal y como está concebido en la actualidad. ¿Hubiera sido mejor que la peseta abandonara el SME? Hay respuestas en ambos sentidos.

"Este fin de semana se ha perdido una buena oportunidad para salir del SME". Juan Francisco Jimeno, del instituto de estudios Fedea, es uno de los expertos que más claramente ha expuesto su opción, contraria a la acordada la pasada madrugada por el Gobierno en el Comité Monetario Europeo. "Soy consciente de que hay razones políticas para la permanencia en el sistema", ha dicho Jimeno, "pero no las hay desde el punto de vista económico". A su juicio, la credibilidad del Sistema Monetario Europeo como un instrumento que facilite la estabilidad cambiaría desapareció hace ya tiempo, por lo que permanecer en él no reporta ningún tipo de ventaja a la economía real.Jimeno afirma que la devaluación es una medida que debe utilizarse para conseguir un crecimiento rápido de la economía con el fin de crear empleo. "Ahora mantiene, "las cosas no se están haciendo así. Se devalúa no para crecer más deprisa, sino porque hay que cumplir con las normas de juego del SME, y esa devaluación no facilita un crecimiento rápido, sino que incluso puede obstaculizarlo si provoca la subida de los tipos de interés". "El juego del SME", concluye, "es cada vez más peligroso para España".

Jimeno considera, pues, la devaluación como una medida provisional, que no tendrá efectos "si no hay cambios en la situación política y económica".

Tanto Jimeno, como el resto de expertos consultados coinciden, aquí sí abiertamente, en que el Gobierno este fin de semana tenía que adoptar alguna medida que evitara la sangría de reservas del Banco de España acontecida la semana pasada.

Algo inevitable

"Me parece que ha sido una medida más que nada inevitable". Carmen Alcaide, directora del servicio de estudios del BBV, explicaba ayer por encima de todo su "gran preocupación" de que la inestabilidad de los mercados afecte a la economía cuando ésta se encuentra en fase de franca recuperación. Y afirmaba, además, que no han sido razones económicas y de competitividad las qué han forzado la devaluación, sino la situación de los mercados.

¿Será suficiente la devaluación para calmarlos?. "A la vista de lo sucedido esta mañana [por ayer] en los mercados, no. La consecuencia será la salida del SME que, tendría fundamentalmente consecuencias políticas y supondría el reconocimiento de que España no está en la línea de convergencia". "Pero visto el comportamiento de la moneda, salir del Sistema es lo que teníamos que haber hecho".

Alcaide tampoco cree que la devaluación vaya más allá de ser una medida provisional. Y en eso coincide Felipe Guirado, analista de Finconsult. "Es una medida temporal que además no arregla prácticamente nada, porque la devaluación no se ha hecho por motivos económicos, sino políticos, y ésos no los soluciona, si acaso alivia algo la tensión".

"Al final hubiera sido más realista salir del SME". Cree que, finalmente, esa salida se producirá y no supondrá una caída fuerte de la moneda, precisamente por no haber razones económicas detrás de su deslizamiento. Añade que la salida del sistema permitiría al Banco de España no subir los tipos para defender la peseta y concentrar así su labor en la tarea más importante que tiene asignada, la del control de precios. Cree que la salida frenaría la especulación contra la peseta pero admite que "políticamente sería un desastre".

José Juan Ruiz, director del servicio de estudios de Argentaria, cree, sin embargo, que "cualquier decisión que suponga mantener la peseta en el SME es política y económicamente correcta", de manera que el reajuste "es apropiado".

La preocupación de Ruiz va, más que por la efectividad en el tiempo de la devaluación, por la utilidad del propio Sistema Monetario Europeo que "no podrá ser una zona de estabilidad cambiaria ante un dólar tan débíl". Recuerda que es el billete verde el que causa esta tormenta y vaticina que sólo volverá la calma si el dólar sube, o si Europa acepta que el marco está asumiendo el antiguo papel del dólar de moneda refugio y hay que revaluarlo. Algo que ve difícil porque supondría una devaluación del franco que Francia no está dispuesta a admitir.

En cualquier caso cree que la devaluación del 7% puede servir "en tanto no haya una situación exterior dramática" porque ve muy difícil, atendiendo sólo a los indicadores fundamentales de la economía, que la peseta pueda llegar a la cota de casi 100 unidades por marco, límite de la nueva banda acordada.

De la mano de Alemania

José Antonio Alonso, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid, tiene muchas dudas de que la devaluación decidida vaya a resolver los problemas que atraviesa la peseta. "Espero que sea una medida suficiente", dice, "pero no hay ninguna garantía de que sea así". Pero sí cree que no es el momento de abandonar el SME, precisamente por el impacto que ello tendría en la actual Administración y que el mercado castigaría de nuevo. "No es un buen momento para irse. Mejor hubiera sido hacerlo al tiempo que la lira y la libra. Pero, en cualquier caso, salirse no es ningún drama". Francisco Montoro, de FG Inversiones, ve más ventajas que inconvenientes en permanecer en el SME "porque algo positivo se contagia de ir de la mano de Ale mania" y por la experiencia de. la lira, que cayó en picado cuando abandonó el Sistema. "Estar en la disciplina del SME", añade, "supone que el Gobierno puede recibir alguna regañina sobre el retraso en acometer medidas es tructurales y no avanzar más en la consolidación fiscal".

Montoro mantiene que si no se hubiera producido la devaluación, la peseta hubiera sido expulsada del SME y ello habría supuesto un fuerte revés para el Gobierno que pasaría factura. "Siempre es bueno adelantarse a los mercados", dice. Critica fuertemente, sin embargo, el aumento en el tipo de intervención a un día "porque parece que el Banco de España se guía por objetivos cambiarios más que por objetivos de control de precios".

¿Será una medida duradera?. "Esa", contesta, "es la pregunta del millón. Todavía hay mucha incertidumbrte para aventurar la respuesta, pero el límite con el marco está bastante lejos".

Juan Iranzo, director del Servicio de Estudios del Instituto de Estudios Económicos, se alinea con los del sí al SME. "Continuar en el Sistema", ha dicho a Efe, "aporta a la economía española algo de credibilidad, dentro de la escasa que le queda".

La prensa extranjera, a la espera

La avanzada hora en que se produjo la decisión de devaluar impidió a la prensa extranjera extenderse en este tema. Soló se publica la reunión del domingo del consejo monetario a petición de España y la posible devaluación de la peseta.El Herald Tribune publicó un pequeño artículo de 20 líneas en su primera página, titulado Los consejeros monetarios de la Unión Europea negocian sobre el destino de la peseta. Insistió más en la caída del dólar.

El Wall Street Journal titulaba sin poner más precisiones Devaluación de la peseta, el escudo sigue. El Financial Times hablaba sobre "la posible devaluación de la peseta después del resbalón". The Independent se mostró más interesado en saber cómo el dinero puede traer la felicidad y no habló de los problemas monetarios internacionales.

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