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Una comunista redime a Victoria Abril

La actriz rueda 'Nadie hablara de nosotras cuando hayamos muerto'

Rocío García

Victoria Abril se ha teñido de rubia y Pilar Bardem ha dejado de ocultarse las canas bajo el tinte. Comparten un modestísimo piso del barrio del Fontarrón, cerca de Vallecas, en una de cuyas habitaciones yace en coma un banderillero minusválido. Las fotografías de toreros comparten espacio en la vivienda con alguna de Pasionaria, el Guernica de Picasso y muchos libros sobre Siberia.Victoria Abril es la protagonista de Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto, primer largometraje del guionista Agustín Díaz Yanes, que rueda estos días en Madrid, con un presupuesto de unos 300 millones de pesetas. A mediados de mes viajarán a México para completar allí el rodaje.

Nadie hablará ... narra, en palabras de su guionista, el propio Díaz Yanes, la historia de "una mujer que busca la redención, la salida del hoyo en el que se encuentra". La felicidad de Gloria (Victoria Abril) se termina el día en que su marido, un banderillero de la cuadrilla de Curro Vázquez, queda minusválido tras una cogida. Se da a la bebida y decide irse a México, donde entra en contacto con una banda de gánsteres. Su regreso y el ejemplo moral de su suegra, Doña Julia (Pilar Bardem), militante comunista, le ayudará a superar su degradación. Junto a las actrices españoles, figuran en el reparto el argentino Federico Luppi y los mexicanos Daniel Giménez Cacho, Guillermo Gil y Bruno y Demián Bichir.Escenario

El miércoles, un céntrico piso madrileño era el escenario del segundo encuentro cinematográfico -el primero fue en Caperucita y roja hace 20 años- entre Victoria Abril y Pilar Bardem. Un encuentro angustioso por partida doble: la estrechez real de la vivienda se sumaba a la tirantez fílmica entre dos mujeres, Gloria y Doña Julia, tras dos años de ausencia de la primera y el abandono de su marido. "¿Dónde está Juan?", pregunta Gloria, en el umbral de la puerta y con una pesada maleta -llena de piedras- todavía en su mano. "Donde le dejaste", responde suave Doña Julia.

Díaz Yanes, hijo de torero, ya está más tranquilo. Atrás se han quedado muchas noches en blanco y muchos miedos ante su primer largometraje. Escribió el guión, como todos los que ha realizado hasta ahora, pensando en Victoria Abril, y si ella le hubiera dicho que no, el guión lo hubiera guardado en un cajón. Pero Victoria Abril no sólo le dijo que sí, sino que está entusiasmada y sorprendida porque, por primera vez, no tiene el espíritu de la escalera. "No salgo de la proyección diciendo debería haber hecho esto o debería haber hecho lo otro. Estamos ante un autor nuevo [Díaz Yanes]. Es como el rey Midas, como Aranda [Vicente Aranda, director de cine], que todo lo que toca se convierte en oro", señala la actriz en un descanso del rodaje.

Para Abril, el personaje de Gloria es algo así como "una Magdalena de hoy". "Es una mujer que empieza la película de rodillas mamándola por 5.000 y termina de pie. Y si se pone de pie es a base de regeneración moral, dolor y violencia", explica con ese voltaje entusiasta que le pone a todo lo que le interesa. Lo que más le gusta a Victoria Abril es que "representa a todas aquellas mujeres de las que, como muy bien explica el título del filme, nadie hablará de ellas cuando se hayan muerto". "Es una persona de carne y hueso, no una heroína de gimnasio. Es una mujer de las que se callan,cuya vida se desarrolla en una sociedad difícil y todavía más para las mujeres. Es un personaje real, de hoy, del Madrid de 1995. Me encuentro representando a millones de mujeres", dice la actriz.

Del cuarto donde descansa Pilar Bardem sale humo. La actriz, a punto de cumplir 56 años, no para de fumar, pero tampoco de sonreír. "Doña Julia es una mujer que pertenece a esos héroes anónimos diarios, esas personas a las que la vida les golpea fuerte y son capaces de aguantar y de mantener sus principios, su honestidad y convicciones", explica Pilar Bardem.

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