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El Pentágono asegura que Irán despliega misiles en la boca del Golfo

El general John Shalikashvili, presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, denunció ayer el despliegue de misiles antiaéreos en bases iraníes situadas en islas de la zona de entrada del golfo Pérsico. El Pentágono está alarmado por la creciente capacidad militar de Irán y trata de anular, hasta ahora sin éxito, la cooperación entre Moscú y Teherán para construir cuatro reactores nucleares en territorio iraní. Israel y otros países de Oriente Próximo comparten esta preocupación.[El presidente Bill Clinton aseguró ayer que Estados Unidos vigila de cerca el despliegue y cree que, de momento, "no hay excesivos motivos de preocupación", informa Reuter.]

Los misiles Hawk, de fabricación norteamericana y vendidos hace años a Irán, son antiguos, pero eficaces para abatir aviones de combate que vuelen a baja altura. "Acaban de desplegar sistemas de misiles Hawk y el otro día empezaron a instalarlos en las lanzaderas, algo que no habían hecho antes", según Shalikashvili, que cree que no hay que ser un gran estratega para analizar las consecuencias de esta maniobra y de otras recientes, como la venta de submarinos rusos a Irán: "Todo ello conduce a numerosas conclusiones. Una de ellas es que [los iraníes] quieren tener la capacidad de impedir el tráfico marítimo en el estrecho de Ormuz". Shalikaslivili hizo estas declaraciones a un grupo de corresponsales de defensa.

Reactores nucleares

La alarma de EE UU y de Israel por la capacidad bélica iraní se basa fundamentalmente en las negociaciones para que Rusia ponga en pie cuatro reactores nucleares en Irán, un contrato que podría suponer a la maltrecha economía rusa cerca de 1.000 millones de dólares. El jueves y el viernes de la semana pasada estuvo en Washington Georgi Mamedov, número dos del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, pero los intentos de sus interlocutores norteamericanos para frustrar la cooperación nuclear con Irán fueron inútiles.

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La delegación rusa explicó que la situación económica del país no permite rechazar un contrato tan importante como el de los reactores nucleares y que el objetivo de las instalaciones no es militar. "Estamos negociando la venta de instalaciones nucleares no bélicas, nada que tenga que ver con armas", según Serguéi Karaganov, del Consejo Presidencial de Rusia.

La mayoría republicana en el Capitolio ha amenazado con recortar la ayuda a Rusia (788 millones de dólares propuestos para 1996) si siguen adelante los planes de los reactores nucleares. Los republicanos acusan a la Casa Blanca de que la excesiva tolerancia hacia Yeltsin es suicida en el caso de sus relaciones militares con Irán y algunos demócratas comparten este punto de vista. "No podemos tolerar que Irán se haga con armas de destrucción masiva", dijo la semana pasada el presidente de la Cámara, Newt Gingrich, a The Washington Times.

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