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Un muerto y varios heridos en Sarajevo por artillería y francotiradores

Cinco personas resultaron ayer heridas en Sarajevo por fuego de francotiradores, una de ellas gravemente, cuando viajaban en uno de los tranvías que recorren la capital bosnia. Horas antes, una mujer había fallecido en el suburbio de Hrasnica, bajo control del Ejército gubernamental, a causa de la metralla de un proyectil antitanque en un cruce de disparos entre sitiadores serbios y fuerzas bosnias. La situación bélica, que pone en entredicho la tregua que se mantiene con altibajos desde hace dos meses, impidió el viaje a Sarajevo del presidente turco, Suleimán Demirel.El jefe del Ejército bosnio, general Rasim Delic, ha dicho ante el Parlamento de su país que la ONU no es capaz de garantizar que los serbios respeten el alto el fuego al que se comprometieron ante el ex presidente Carter. Delic agregó que su Ejército está listo para volver a la guerra. Los disparos de francotiradores contra el tranvía se produjeron a mediodía frente al hotel Holiday Inn, próximo al centro de Sarajevo. La víctima más grave es una mujer de mediana edad que fue alcanzada en una pierna.

Amenaza a Demirel

Las fuerzas de la ONU achacan este súbito auge de las escaramuzas a la planeada visita a Sarajevo del presidente de Turquía, que fue cancelada en el último momento por falta de garantías serbias. Es la segunda vez que Demirel, cuyo país apoya abiertamente al Gobierno bosnio de Alia Izetbegovic, debe suspender un viaje a la capital bosnia. Ankara culpó ayer a la ONU del fallido desplazamiento.

El sábado, un avión ruso que transportaba a Sarajevo parte de la comitiva de Demirel fue tiroteado con armas ligeras al aterrizar. Turquía tiene en Bosnia 1.500 cascos azules y, como potencia dominante en la zona durante cinco siglos, los serbobosnios todavía la consideran un enemigo histórico. Como advertencia a Demirel, radares de baterías antiaéreas serbias iluminaron ayer a un transporte alemán que se aproximaba a Sarajevo.

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Representantes del grupo de contacto (EE UU, Rusia, Alemania, Francia, Reino Unido y Alemania) volverán a reunirse en París mañana, tras el nuevo rechazo del presidente serbio, Slobodan Milosevic, a colaborar en el proceso de pacificación de Bosnia si no se levantan previamente las sanciones internacionales contra su país y Montenegro. Las potencias mediadoras ofrecen a Milosevic, arquitecto de la guerra de los Balcanes, el fin del embargo comercial a cambio de su reconocimiento de Bosnia y Croacia.

Croacia anunció ayer, por boca de su ministro de Exteriores, que está dispuesta a mantener el cuartel general de la ONU en Zagreb. Mate Granic dijo sin más precisiones, que aun cuando los cascos azules deban abandonar Croacia a partir del 31 de marzo, su Gobierno no se opone a una presencia internacional armada en su territorio.

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