El espíritu del 79

Algunos lo llamaron Frente Popular. Pero, muy pronto, quienes creyeron que resucitarían viejos fantasmas pudieron comprobar que el ejercicio del poder necesariamente lleva al pacto, al pragmatismo y a la moderación.Tal vez porque, como sentenció Enrique Tierno Galván, primer alcalde de izquierda de un consistorio de Madrid en la reciente democracia: "Cuando la práctica de la revolución es imposible, la teoría es una estupidez".

Comunistas y socialistas, olvidando históricas 'rencillas, ésas que ahora han vuelto a resurgir, unieron tras las elecciones de 1979 sus votos para frenar el paso a las candidaturas de Unión de Centro Democrático.

De aquella experiencia todavía quedan sólidos lazos en ayuntamientos y algunas comunidades autónomas. Barcelona es el caso mas señero de colaboración entre fuerzas de izquierda. Y el presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, es muy consciente de que su permanencia como presidente de la comunidad se la debe utilizando sus propias palabras, a los "compañeros de Izquierda Unida".

El propio Julio Anguita, a pesar de su virulencia verbal, también gusta de recordar el ejemplo madrileño para demostrar que, personalmente, no es antisocialista. La situación, sin embargo no es igual en todas partes. Y no lo será. El ejemplo contrario es el que se vive en la comunidad autónoma de Andalucía.